Alejandra Guzmán habló como pocas veces de su hija Frida Sofía, luego de que hace algunas semanas lanzara el tema “Milagros”, que justamente es dedicado a la influencer tras el distanciamiento que existe entre ambas.
Aunque muchos consideraron que el tema podría propiciar un acercamiento, la cantante confesó en entrevista con Pati Chapoy que en realidad fue una manera de hacer una limpieza a sus sentimientos.
“Es un intento de recuperación para mí, porque no me había atrevido a tocar la herida, a abrir la herida y a que sangrara, poder poner en palabras tanto dolor, tanto silencio, porque yo no había hablado del tema más que con mi psicólogo, entonces creo que es una gran catarsis positiva, llena de amor, llena de esperanza, llena de emociones tan fuertes que se escucha que me estoy tragando mis lágrimas”, explicó en el programa Ventaneando.
Tras manifestar que tiene más de dos años sin cruzar palabra con Frida Sofía, Alejandra expuso que ninguna de las dos ha dado el primer paso para solucionar sus problemas como madre e hija.
“No, tampoco (yo la he buscado), pienso que el tiempo ayuda a sanar las cosas, siento que ha habido también mucha gente que se ha aprovechado y ha manipulado esta situación, pero tengo que dejar que ella madure, y que ella se dé cuenta, que ella viva y tenga su fondo, creo que tengo que permitir también que se equivoque”, detalló.
Al ser interrogada sobre Pablo Moctezuma, padre de Frida, la intérprete replicó: “Nunca ha habido mucho papá que digamos, yo realmente decidí separarme cuando ella tenía dos meses de edad, y como siempre vi por ella, nunca pedí nada y siempre dejé que la viera”.
Sin embargo, ante la pregunta sobre el origen del distanciamiento con su retoño, La Guzmán detalló: “Hubo y empezó el distanciamiento cuando yo le quité el dinero, cuando yo le dije ‘yo quiero que generes, tu carrera, que hagas algo de tu vida’, y ya no le gustó que no hubiese esa mensualidad. Ella tiene 31 años y va a cumplir 32, y creo que ya es tiempo de hacer algo por sí misma, para que ella se sienta orgullosa de sí misma y de sus logros”.
Recordando que la envió a Estados Unidos por temor a que su hija fuera secuestrada en México, Alejandra reflexionó sobre sus encuentros posteriores con Frida Sofía y comentó: “Cada vez que iba y la visitaba, era más americana, entonces ahí la empecé a perder, hasta me hablaba en inglés y yo ‘a ver hija, yo hablo en español”.
Posteriormente, la cantante destacó que fue justamente en esa época cuando la joven fue diagnosticada con “Borderline personality”, por lo que desde ese momento fue medicada, hecho que a la postre también les trajo otros problemas.
“Yo tengo problemas de alcoholismo, sí, pero son muy diferentes los problemas de alcoholismo a los problemas con pastillas que son opiáceos (…) Alguna vez yo recuerdo estar en un rehab y me hablaron que ella estaba mal y que había golpeado a una amiga de ella, yo no quise salir del rehab porque me lo habían recomendado, me dijeron ‘si sales vas a caer como piedra’, entonces ahí fue la decisión de encerarla en un lugar aunque no quisiera, y desde entonces creo que me agarró un resentimiento espantoso”, contó.
Al ser cuestionada sobre si sufrió agresiones por parte de Frida, la artista confesó: “sí, sí (me golpeó), hubo varias… había una persona que es Alejandra Covarrubias, mi asistente hace mucho tiempo y ella fue la que se encargó de sacarme de la casa porque no podíamos controlarla”, narró.
Posteriormente, Alejandra meditó y dijo: “Yo creo que es parte de todo un resentimiento que surge en su corazón, no soy nadie para… reclamárselo, pero lo hemos tocado el tema con doctores y en ciertas ocasiones hemos, las dos, pedido disculpas y tal, pero creo que desde ahí la relación ya no es la misma”.
Finalmente, la rockera discurrió sobre una posible pronta reconciliación y expresó: “yo quisiera, es lo que más anhelo… ella sabe que la amo, siempre le di lo mejor que tuve, le di lo mejor a ella antes que dármelo a mí, y eso está mal, porque siempre como madre uno tiene que ponerse también sus zapatitos, y límites también que no le puse nunca jamás, porque a mí tampoco me los pusieron”.
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