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Amores platónicos: “Ensueño de adolescentes. Preocupación de padres”

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La adolescencia es la etapa propicia para ‘enamorarse perdidamente’ de imposibles, que les ocasiona fantasías y sufrimientos; pero… ¿eso debería preocuparnos?

¿Quién no ha tenido alguna vez en su vida un amor platónico. Tal vez un artista, un cantante o porque no la profesora del colegio?…. De seguro a muchos les ha pasado por su mente aquel amor imposible de la adolescencia.

 ¡Ahh, el primer amor! ¿Recuerda la primera vez que se enamoró? No hay nada más especial que volver a recordar a aquella personita que, en nuestros tiempos casi infantiles, solía ponernos de cabeza, y nos traía locos de amor. ¿Cómo no recordarlo? Y en particular cuando se es padre de un pre-adolescente, edad donde suelen surgir los amores platónicos y el encanto de lo imposible.

 Y quién mejor que Lourdes, para entender esto. Ella es madre de Tina, de 11 años, quien a pesar de su edad anda loca de amor por su vecino, de 21 años. Su mamá no sabe qué hacer con su hija. 

 “Se la vive pegada a la ventana observando a qué horas entra y sale Manuel, “su gran amor”. Conoce todos sus horarios. Siempre hace cosas para llamar su atención; sus cuadernos están llenos de corazones y anotaciones… Todo esto es una locura, en especial porque mi hija es casi una niña”, dice la mamá.

SU IDENTIDAD… SU MUNDO

  Muchos padres atraviesan por el mismo problema y realmente les preocupa, sin embargo, no deben de alarmarse pues el amor a esta edad es sólo una especie de ensueño para el chico o chica, y suele ser pasajero. Es lo que se conoce como “amor platónico”, un sentimiento idealista intenso y profundo por una persona que se da en la adolescencia o un poco antes y que convierte a ese ser en la motivación de vida del chico/a, es su fuente de fantasías y sufrimientos, y que pese a no concretarse durante esta etapa, constituye una experiencia fundamental en el desarrollo de la identidad de cada persona. 

  Así lo explica la psicóloga Mónica Rademacher, terapeuta familiar y de parejas, quien agrega que en este proceso intervienen una serie de factores que se deben considerar en su conjunto. “Al acercarse a la adolescencia, los muchachos necesitan comenzar a construir su propia identidad y dentro de esto está el encontrar su identidad. Un hecho importante de este periodo es precisamente el descubrimiento de la sexualidad en el sentido de abrirse hacia los compañeros del sexo opuesto: empiezan a mirarse más, a acercarse, pero como es una situación nueva, son poco concretos. Surgen aquí los primeros enamoramientos que lejos de buscar un acercamiento sexual, tienden a quedarse en el plano de la fantasía.

¿Cómo Manejar la Etapa del “AMOR PLATÓNICO”?

  En este sentido, la psicóloga dice que del manejo que tengan los padres frente a esta primera fase, dependerá el desarrollo del segundo momento de la idealización, pues podría suceder lo mismo con la elección de una pareja. “Si los padres están prevenidos y asumen esta etapa como un proceso natural, sin agredir al joven ni entrar en disputas innecesarias, será más fácil para todos”.

  Junto al estado de ensoñación que producen los amores platónicos, aparecen también sufrimientos. Durante la adolescencia los sentimientos parecen estar a flor de piel y cualquier situación adversa puede significar un dolor intenso. Ellos piensan todo el día en esa persona que puede ser un amigo, un vecino, un artista famoso o un perfecto desconocido. Fantasean sobre encuentros fortuitos y planean una y otra vez la estrategia para encontrarse o para decirle cuánto le aman, aunque tal vez nunca se presente la oportunidad. 

  Sin embargo, una de las premisas que se asume en este enamoramiento cuando se trata de alguien cercano -no así con los ídolos o famosos- es el no ser demasiado evidentes. El o la adolescente trata inconscientemente de que “el amor de su vida” no se dé cuenta de lo que siente por él, aunque lo desea con mucha fuerza. 

  Una forma de ayudarles es contarles casi como anécdota, sin mostrarse demasiado interesados en el tema, aquellas peripecias que hacían los padres en su propia adolescencia, de quién se enamoraron y qué locuras hicieron por esa persona. De esta manera, se le transmite al adolescente la sensación de que lo suyo no constituye un fracaso ni mucho menos, sino un proceso por el que otros también han pasado. 

  No obstante, para llegar a este tipo de “confesiones” es necesario que exista desde antes una comunicación educativa en diversos temas y, sobre todo, mucho respeto del padre o la madre hacia los hijos y nunca burlarse de ese “gran amor” que dice sentir por alguien fuera de su realidad, porque ese es “el amor platónico” que en algún momento dado todos hemos tenido. 

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