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Licenciado Vidriera Ed 18- 2015

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Por Mario Soto Centento

   El trabajar en cubículos de oficina es bien cú…bículo. Oyes cosas que no quisieras oír y te oyen cosas que no quisieras que te oyeran, sobre todo ruidos corpóreos… un amigo se la pasa todo el día limpiándose la garganta y por más que esperan que empiece a cantar, pasan el día y los días y no suelta la cantada… (ese soy yo). Sin embargo, a veces se oyen cosas interesantes. Yo estoy rodeado de asesores de publicidad de El Aviso, muy profesionales por cierto, y el otro día me tocó oír una plática por teléfono de uno de ello… el caso es que terminó diciéndole al que le llamó que lo iba a consultar con su esposa, porque en esa decisión ella tenía que tomar parte, y pronto se terminó la llamada y luego el asesor satisfecho comentó a sus vecinos de cubículo… “esa es la mejor forma de quitarte un vendedor, dile que lo vas a consultar con tu esposa y luego-luego te dejan en paz”. Ellos siguieron platicando y yo seguí en lo mío, pero el consejo lo guardé, porque me pareció bueno, y más por venir de uno de los asesores más experimentados, porque la experiencia enseña muchas cosas al que sabe observar…. Por ejemplo, yo he aprendido, por experiencia, que para retirarte ciertos amigos basta con decirles que les vas a prestar un libro… ¡De veras! Si la plática está aburrida y quieres darle fin, la mejor manera es decirle al amigo que tienes un libro sobre el tema y se lo vas a presta; pronto cambian de tema, ven el reloj, alegan que tienen algo qué hacer y corren como si les hubieras mencionado al diablo, puede que no todos, pero si lo pruebas, verás que es mayoría los que le corren a los libros. 

  No he llegado al fondo sobre ese temor a los libros, pero una explicación, por lo menos en ciertos casos, es que hay gente que te presta libros para que los leas por ellos, y apenas te lo prestaron el otro día y ya te están preguntando: “¿qué te pareció lo que dice de… (lo que sea) , ya leíste el capítulo (fulano)… ? Y tú que ni siquiera has abierto el libro porque te lo prestaron o te lo reglaron a fuerzas, no te interesaba. Yo tengo eso bien presente, y si algún día presto o regalo un libro no me gusta andar preguntando, para que no temas como Judas.

  Por ese amor que el gran público tenemos por los libros es que fue grandiosa la celebración del  día del libro el jueves pasado… ¿A poco no sabías que el día 23 de abril fue el día del libro?

  Ese día fue elegido como “Día Internacional del Libro”, porque coincide  (o lo hicieron coincidir) con el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616. Ya sabemos que en realidad Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril, pero del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano. 

   La Unión Internacional de Editores  (ya salió el peine, la idea principal era vender y no tanto promover al cultura) propuso esta fecha y La Conferencia General de la UNESCO la aprobó en París el 15 de noviembre de 1995, por lo que a partir de dicha fecha el 23 de abril es el “Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor”. El objetivo es fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.

  La idea de promover la cultura no es mala, de ninguna manera, pero lo cierto es que es tarea difícil. Ahora que una cosa es promover la venta de libros y otra muy distinta es promover la lectura. Se ha dicho que un libro es un buen amigo y lo creemos, pero cuando nos dicen que hay que leerlo, fácilmente abandonamos al amigo. No leemos, y nomás por poner un ejemplo, ayer estaba leyendo que en México hay 25 millones de peronas que nunca han leído un libro… a lo mejor por eso el gobierno regaló televisores en lugar de regalar libros, la gente se peleaba por las televisiones, me gustaría verlos pelando por libros. Muchos no leen porque no han sabido encontrar los libros que se adapten a su nivel, a sus gustos, a sus necesidades. Los libros serios de filosofía, por muy buenos que sean y bien escritos no llegan al pueblo popular. Por eso a los filósofos les dio por meter sus ideas filosóficas en teatro y en novelas, y ahí tienes que es más conocido y popular el pensamiento sartreano que el heideggeriano… ¿que el qué?…Pa’que entiendas, te aseguro que la gente obtiene más “conocimiento”  y rige más su vida por lo que aprende de las telenovelas que lo que aprende del sermón del domingo… y los unos y los otros de seguro no leen… 

  Si se te pasó el día del libro sin celebrarlo… nunca es tarde, todos los días deben de ser Día del libro… por lo menos lee El Aviso… que como habrás notado, hemos mejorado mucho en contenido… y mejor que se irá poniendo.    Salud y saludos…    

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