Dice el dicho: “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, ¡pon las tuyas a remojar! Traducido a la crisis económica por la que está atravesando Estados Unidos, la moraleja sería: “cuida lo que hagas
Por: José Martín Sámano
Dice el dicho: “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, ¡pon las tuyas a remojar! Traducido a la crisis económica por la que está atravesando Estados Unidos, la moraleja sería: “cuida lo que hagas con tu dinero porque la cosa está que arde y no se ve para cuando vaya a mejorar” Lo más increíble y lo más indignante, es que el Gobierno del Presidente Bush no haya visto o no haya querido ver lo que se venía encima. Los “genios” de su gabinete económico debieron haber visto señales parecidas a lo que pasó en México allá por 1994 con el famoso escándalo del FOBAPROA, destinado precisamente a rescatar a los bancos que se habían puesto a prestar dinero sin ton ni son en medio de una gran corrupción.
Pero si esos funcionarios no pudieron ver lo que era evidente, nosotros si podemos sacar muchas lecciones de todo lo que ha pasado con los grandes bancos e instituciones financieras del país. Recordemos que todo inició cuando miles y miles de familias dejaron de pagar sus hipotecas porque ya no pudieron pagar los intereses variables con los que compraron sus casas o departamentos. Ni hablar, muchos se dejaron ir con el espejismo. Con la idea de que eventualmente les iba a ir mejor en sus ingresos y serían capaces de afrontar los aumentos en sus mensualidades.
La enseñanza es que a partir de ahora, por ningún motivo debemos dejarnos engañar por tasas que al principio son muy cómodas y muy atractivas, pero que al paso de los años se convierten en nuestra peor pesadilla. Si hemos de comprar una casa, lo mejor es ahorrar y ahorra todo lo posible hasta juntar un cierto porcentaje que nos permita dar un buen adelanto y bajar los pagos mensuales. Lo mismo con las tarjetas de crédito. Uselas sólo para lo más indispensable. De ser posible, pague puntualmente y de preferencia un poco más que el mínimo. También procure pagar primero las tarjetas que cobren más intereses y si tiene chance, mejor liquídelas.
Ahora, si a usted le cae un dinerito extra, por favor, ¡no se lo gaste todo! Guarde al menos una parte para lo que venga. Y algo muy importante. Ajústese a sus posibilidades económicas. A todos nos gusta la buena vida y complacer a nuestras familias dándoles lo mejor. Sin embargo, una mala planeación a la larga, nos puede dejar en la calle. Vienen tiempos difíciles. Tiempos de ajustarnos el cinturón y cambiar algunos de nuestros hábitos cotidianos. Pero dicen que no hay mal que dure cien años. Y también que siempre hay una luz al final del túnel. Ojalá que ya estemos cerca.
José Martín Sámano es conductor del Noticiero Nacional Azteca América.
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