Fueron gritos de placer los de esa noche, hasta el amanecer y en el techo un derroche. Como una margarita deshojada con celo,
Fueron gritos de placer los de esa noche, hasta el amanecer y en el lecho un derroche. Como una margarita deshojada con celo, gemidos que se ahogaban, y yo te llevé al cielo.
Tú cerraste los ojos, y yo miré tu rostro y los miré gososos en cuerpo sudoroso. Y yo muy satisfecho, te seguí acariciando, me acariciaste el pecho yo lo estaba deseando…
Me dijiste al oído, siempre quiero ser tuya, después muy despacito oí tu voz que arrulla.
Fue reconciliación de dos enamorados, se amaron con pasión quedaron extasiados.
Si en la lid el destino te derriba; si todo en tu camino es cuesta arriba, si tu sonrisa es ansia insatisfecha, si hay faena excesiva y vil cosecha, si a tu caudal se anteponen diques… date una tregua ¡pero no claudiques!
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