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Compartir pareja sexual, una costumbre cada vez más popular Colaboración de la Dra. Suzzi Walts

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Para ellos los celos no existen, la fidelidad es sólo un acuerdo y las relaciones sexuales deben ser abiertas y poligámicas. Aquellos que practican el swinger o intercambio de pareja disfrutan del sex

 

Para ellos los celos no existen, la fidelidad es sólo un acuerdo y las relaciones sexuales deben ser abiertas y poligámicas. Aquellos que practican el swinger o intercambio de pareja disfrutan del sexo entre amigos y aseguran que esto les proporciona una nueva visión a sus relaciones.

Dicha práctica que se institucionalizó en Estados Unidos en la década de los 70, como una alternativa para tener una variedad de parejas sexuales sin arriesgar las relaciones. Llegó a algunos países de América Latina, entre ellos México, a partir de 1992, cuando un sector de la población vio que era la oportunidad de hacer realidad sus fantasías sin necesidad de “engañar” a su pareja. Comentan que el erotismo se muestra en todo su esplendor, la adrenalina corre por sus venas, cada uno de ellos da lo mejor de sí y, después, un abrazo y un beso sellan la despedida. El ardiente deseo por llegar al hogar se hace patente, cada uno busca regresar al seno familiar y narrar su experiencia. Si fue placentera, marido y mujer, novio y novia vuelven a acudir a la casa de citas en busca de otra pareja, de otro intercambio, con la esperanza de que sea aún mejor que el anterior.

¿ENFERMEDAD O SIMPLE PLACER?

Los swingers, son personas “normales” que aparentan tener una actitud más abierta ante su sexualidad, que manejan su relación de pareja en una forma poco convencional y que, en términos generales, encuentran en esta práctica una estimulación, que incluso enriquece y da mayor sentido a su vínculo emocional, explicó Juan Luis Alvarez, director del Instituto Mexicano de Sexología. “Generalmente estas prácticas se realizan en grupos cerrados o bien en centros o bares ex profeso. Las reglas de los grupos son muy variadas, pero algo que es bastante común y generalizado es que sólo se permite el acceso a parejas y no a individuos solos”, señaló Rinna Riesenfiel, sexóloga y creadora de la librería especializada en sexualidad “Armario Abierto”, agregó que suelen formar grupos herméticos, que en contadas ocasiones aceptan a otros a menos que sean conocidos por alguno de los miembros.

LAS REGLAS

Las reglas son estrictas: sólo entran parejas, está prohibido enamorarse, no intervienen los celos, todos los detalles de la relación deben contarse a su cónyuge, no se debe actuar a escondidas y es necesario estar sano física y espiritualmente. Las reglas varían de acuerdo al grupo, sin embargo, todos coinciden en el uso obligatorio del condón y de los anticonceptivos durante la relación. Ante la presencia de una mujer sensual, solteros, casados, viudos y divorciados fabrican en su mente una historia erótica en la que el castigador, dominador y dueño de la situación es él. La mujer por su parte, al ver los músculos, sonrisa, ojos y trasero exuberante de un hombre, imagina una historia de amor en la que al final, el amor vence barreras y culmina en una relación feliz y duradera.

La imaginación juega un papel importante dentro de las relaciones humanas, no obstante, aquellos que optan por el swinger desean convertir su sueño en realidad. “Esta moda es una forma de hacer realidad las fantasías sexuales, principalmente las masculinas. Por lo general los hombres desean tener múltiples parejas sexuales en comparación a las mujeres, se cree que es por la conformación genética de los varones que los lleva a buscar variedad en sus relaciones, aunque otros piensan que también hay un proceso de consolidación que lleva a la mayor facilidad de ellos por elegir a una pareja erótica”, dijo.

“Los swingers son una opción para esos hombres que buscan variedad y se afilian previo proceso de convencimiento de su mujer, de la pareja. Ellos dicen ‘yo no quiero engañar, mejor vamos a hacerlo abierto y democrático’, y como muchas mujeres no quieren perder a su hombre o, bien, también se les antoja la variedad, llegan a un acuerdo”. Los especialistas creen que la relación tipo swinger se disfruta más por el hombre que por la mujer, dado que ella está a merced de los prejuicios sociales y de la inhibición sexual.

A pesar de que gran parte de la población, grupos religiosos y organizaciones pro valores no aprueban esta práctica, cada día aumenta el número de personas que la adoptan, al tiempo que un sinnúmero de sex shops y bares se ofrecen como lugar de contacto. Si bien, no hay estadísticas reales sobre el intercambio de parejas, sin embargo estudios clínicos realizados por separado en diversas instituciones privadas médicas y de sexología, indican que el swinger es más recurrente en personas casadas, mayores de 30 años, sin hijos y que radican en grandes ciudades como Los Angeles, Nueva York ó Chicago, entre otras. Cada persona tiene el derecho de definir su sexualidad, pero este tipo de práctica, si debe ser, definitivamente de los dos miembros de la pareja…!

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