La OMS recuerda que hay que lavarse las manos antes de ponerse la mascarilla. El siguiente paso es cubrirse con ella la boca y la nariz sin que queden espacios entre la cara y la mascarilla. “Tenemos que dejar los zapatos que hemos utilizado en la calle a la entrada o en una zona concreta, de modo que no se esparza la suciedad por toda la casa”, recomienda José Manuel Fernández, miembro de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). Cuando nos lavamos las manos, un truco para controlar el tiempo durante el que nos las debemos frotar con jabón es “tararear 2 veces la canción ‘Cumpleaños feliz’ de principio a fin”, indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). La COVID-19 es una enfermedad respiratoria que se propaga a través de las pequeñas gotas que las personas infectadas expulsan al estornudar, toser, hablar o exhalar. Cuando otra persona respira estas gotas o bien toca superficies donde se han depositado y luego se lleva las manos a los ojos, la nariz o la boca, puede enfermar. Para evitarlo, es necesario tener ciertas precauciones. Estos 10 consejos ayudarán a disminuir el riesgo de contagio cuando salgamos a la calle:
Mantener la distancia de seguridad. Las gotas que alguien expulsa al toser, estornudar, hablar o exhalar “son relativamente pesadas, no llegan muy lejos y caen rápidamente al suelo. Una persona puede contraer la COVID-19 si inhala las pequeñas gotas procedentes de otra que esté infectada por el virus. Por eso es importante mantenerse por lo menos a un metro de distancia de los demás”, subraya la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Utilizar las escaleras en lugar del ascensor. Quienes vivan en un bloque de pisos, deben evitar el uso del ascensor y utilizar en su lugar las escaleras. En caso de tener que hacer uso del elevador, hay que esperar a que no haya nadie pues en un espacio tan reducido es muy difícil guardar la distancia de seguridad. Además, se debe procurar no tocar los botones o la puerta, pues son superficies que han estado en contacto con otras muchas personas. Se puede utilizar una llave u otro objeto para pulsar los botones, en lugar de hacerlo directamente con la mano.
Llevar gel hidroalcohólico. Las gotas que alguien expulsa por la boca o la nariz pueden impregnar objetos y superficies. Si otra persona las toca, corre el riesgo de contagiarse. Por eso es una buena idea llevar un pequeño envase con gel hidroalcohólico, que contenga al menos un 60% de alcohol, para poder desinfectarse las manos en caso de tocar algo que pudiera estar contaminado por el virus.
Llevar mascarilla. Cubrirse la boca y la nariz con una mascarilla es muy recomendable en los espacios públicos pues su uso disminuye de manera significativa el riesgo de contagio. En caso de no disponer de una mascarilla homologada, se puede utilizar una elaborada en casa con tela de algodón. No es la más efectiva, pero es mejor que no llevar nada. Sin embargo, es importante saber cómo utilizarla. La OMS recuerda que hay que lavarse las manos antes de ponerse la mascarilla. El siguiente paso es cubrirse con ella la boca y la nariz sin que queden espacios entre la cara y la mascarilla. “Evite tocar la mascarilla mientras la usa. Si lo hace, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón. Cámbiese de mascarilla cuando esté húmeda y no reutilice las que sean de un solo uso”, advierte la OMS. Al volver a casa y quitarse la mascarilla hay que hacerlo sin tocar la parte delantera. “Deséchela inmediatamente en un recipiente cerrado y lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón”, indica.
No tocarse la cara. Si tocamos una superficie contaminada con el virus y luego nos llevamos las manos a los ojos, la nariz o la boca, estamos introduciendo el virus en nuestro organismo. Por eso, es muy importante no tocarse la cara. Si llevamos guantes desechables cuando salimos a la calle, evitamos que la piel de nuestras manos entre en contacto con superficies o con objetos potencialmente contaminados. Sin embargo, es fundamental recordar que si, tras tocar algo impregnado con el virus, nos tocamos la cara con los guantes, nos podemos contagiar del mismo modo que si no los lleváramos.
Desechar los guantes de la manera adecuada. Al volver a casa hay que desechar los guantes y la mascarilla, preferiblemente en un cubo de basura con tapa que pueda abrirse mediante un pedal. Quitarse los guantes de manera correcta es importante para evitar contaminar nuestras manos. Debemos tener en cuenta que las manos desnudas nunca deben tocar el exterior de un guante usado. Así, el primer paso es pellizcar con la mano derecha enguantada el guante de la mano izquierda en la parte de palma, a unos centímetros de la muñeca. Sin dejar de pellizcar con los dedos índice y pulgar, colocamos el dedo corazón en forma de gancho y lo utilizamos para tirar del guante de la mano izquierda, que saldrá del revés. Sujetamos este guante ente los dedos y la palma derecha. Después, metemos la mano izquierda, ya sin guante, en el guante de la mano derecha por la muñeca y empujamos hacia los dedos hasta que salga. El otro guante quedará en su interior. A continuación, nos lavamos las manos.
Lavarse las manos correctamente. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) indican que para lavarse bien las manos, lo primero es mojarlas con agua corriente tibia o fría, cerrar el grifo y enjabonarse las manos. Hay que frotarlas con el jabón hasta que haga espuma y luego restregar la espuma por el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas durante más de 20 segundos. “Si necesita algo para medir el tiempo, tararee dos veces la canción ‘Cumpleaños feliz’ de principio a fin”, apuntan. Hecho esto, hay que aclarar las manos con agua corriente y secarlas con una toalla limpia o al aire. En caso de no disponer de agua y jabón, la alternativa es utilizar un gel desinfectante que contenga al menos un 60% de alcohol.
Cambiarse de zapatos al llegar a casa. “Tenemos que dejar los zapatos a la entrada o en una zona concreta, de modo que no se esparza la suciedad por toda la casa. Utilizar un calzado dentro de casa y otro fuera es una medida que mejora el nivel de higiene y disminuye no sólo la posible carga de coronavirus sino también de otros gérmenes que podamos traer de fuera”, explica José Manuel Fernández, miembro de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Limpiar con lejía. “La capa externa del virus es una capa lipídica, lo que significa que tenemos que hacer limpieza con lejía diluida o con agua y jabón. Esos son los productos que se deben utilizar, no hay que usar ninguna otra cosa excepcional. Para desinfectar suelos y superficies, hay que mezclar la lejía con agua y emplear una parte de lejía por cada 10 de agua”, aclara el doctor Fernández.
Ventilar la casa. Los lugares cerrados favorecen la transmisión de los virus, por ello es necesario abrir las ventanas todos los días durante un rato. “Renovar y aportar aire fresco del exterior es fundamental. Bastan unos minutos de ventilación, entre 5 y 10, a diario para mantener una buena calidad del aire interior”, indican los especialistas de la Comunidad de Madrid. Purificación León EFE-REPORTAJES
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