En un matrimonio, dentro de la convivencia en el día a día, cuando menos se espera surgen problemas que pueden ser de cualquier índole, ya sean grandes o pequeños, pero que se supone entre ambos miembros de la pareja busquen la mejor solución, aunque tradicionalmente sabemos que uno de los dos lleva la voz cantante, sin embargo ‘‘ambos’ participan en la decisiones o al menos apoyan al otro. ¿Pero qué sucede cuando sólo uno de los integrantes de la pareja se preocupa en buscar la solución? Y peor aún es, cuando ese que busca soluciones y toma decisiones lo hace por no molestar al otro o porque inconscientemente lo considera incapaz de ayudar en ese aspecto de la vida matrimonial.
Cuando en la pareja ocurre este tipo de situaciones, que sólo uno de los dos piensa que la relación está mal e intenta ‘solucionar’ sin involucrar al otro, está asumiendo que el otro integrante también piensa y vive como si en realidad estuvieran en problemas, pero tal vez no sea así, pudiera ser que su pareja viva la relación perfectamente y la disfruta y piensa que jamás han estado mejor que en esos momentos. Y esto ocurre al no informar o involucrar a nuestra pareja en los problemas que se están viviendo. Como consecuencia; ¡para la otra persona en realidad los problemas no existen!
Por ejemplo: Cuando no se ponen de acuerdo en cómo manejar el dinero, cómo educar a sus hijos o en una situación tan simple como las salidas del fin de semana, y en situaciones más conflictivas, como si usted siente que su pareja ya no la o lo escucha, dejó de ser cariñoso(a), pero no dejó de acostarse con usted, o él nunca está en casa y tiene a su familia medio abandonada. Cualquiera que sea la situación, lo cierto es que alguno de los dos se siente infeliz en su matrimonio y el otro no, cuando se llega a este punto hay que prender el foquito de ‘alerta’, porque sólo usted tiene la culpa de estar viviendo así, por no hablar e involucrar a su pareja.
Durante meses o años usted trata de llamar la atención de su pareja, pero sin quejarse, y prefiere que su pareja le agradezca todo lo que hace por la familia y que no se le critique porque siempre se está quejando por todo.
El no involucrar a su pareja desde el inicio de los conflictos, termina por convertirse después en grandes problemas, el no hablar o quejarse de los acontecimientos y tratar siempre de resolverlos ‘solos’ el sentirse ‘supermujer’ o ‘superhombre’ y no hablarlo e involucrar al otro, lo único que va a lograr es llevarlos a un problema final y a un destino por ninguno de los dos deseado… Y el amor tiende a desaparecer.
La pregunta es: ¿Puede una persona sola salvar un matrimonio?, la respuesta es sí.
La manera de hacerlo es que no trate de solucionar solo(a) los problemas, enseñe al otro cómo negociar de forma justa para los dos. Claro, se requiere mucha paciencia y entendimiento para llegar al punto donde la negociación resuelva los conflictos. Muchas veces la pareja no está dispuesta a ir con un terapeuta o aprende en libros, pero es muy probable que sí esté dispuesto a aprender de usted y a involucrarse en los acontecimientos familiares.
Las negociaciones maritales son muy difíciles y es necesario seguir ciertas reglas para ayudar a que sean exitosas para que no resuelva solo(a) los problemas de la familia. He aquí algunos consejos.
a) Intente mantener el buen humor durante la conversación al estar informando a su pareja del problema a solucionar, no debe haber amenazas de ningún tipo, cuando alcancen un momento de tregua, paren y retomen la discusión más tarde. (Al enfrascarse en una discusión, no solucionarán nada).
b) Miren el problema desde los dos ángulos, cada uno de los integrante cree tener la solución perfecta, antes de encarar la solución correcta deben estar seguros de entender cuál es la posición del otro.
c) Comiencen a enumerar todas las soluciones que se les ocurra, desde la más creativa a la más conservadora, no se interrumpan, aun cuando estén en desacuerdo. Y si no pueden coincidir en ese momento, anótelas para poder discutirlas más tarde.
d) Elijan la solución que más se adapte a las necesidades de los dos, si no lograron encontrar una solución adecuada en su lista, regresen un paso atrás y realicen una nueva lista de las probables soluciones, no importa que la solución no parezca reprobable, de las ideas más descabelladas suelen salir las mejores soluciones.
En todo matrimonio o relación existen problemas, lo importante es que siempre debemos informar e involucrar a nuestra pareja para juntos dar una solución que no afecte más la relación. El sentirse que usted ‘las puede todas’ y que no ocupa del otro para solucionar los conflictos, sólo la o lo llevará a crear más problemas de los que hay en realidad. ¡Suerte!
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