Cuando un Sueño Acaba

  Con mucho esmero y alegría Perrito construye un castillo de arena en la hermosa playa cercana a su aldea.
 Tiene mucha habilidad para hacerlo y pone en su obra sus cinco sentidos. Acaricia el sueño de que este castillo llegue a ser el más bonito y duradero de todo mundo.

 Trabaja sin descanso por espacio de muchas horas. Ensaya muchos detalles, a veces sin éxito, otras con él.
  Por fin, ya a la caída de la tarde, ve culminada su labor. Un maravilloso castillo se alza sobre la arena. Es la admiración, de todos los curiosos.

– ¡Oh! ¡Qué castillo tan más precioso! -dice una asombrada marsopa.
– ¡Nunca en mi vida había visto una construcción tan esbelta y resistente! -afirma una tortuga marina.
– ¡Es increíble la delicadeza y finura que exhibe esta obra! – opina otro perrito.

  Sin embargo, poco le duró el gusto a  nuestro amiguito. De repente, se levanta una ola gigantesca que lo arrasa todo, y el castillo se derrumba con estrépito, socavado por el agua.

  Imagínate el disgusto de Perrito… ¡Su gran sueño se ha ido a pique!
– No te preocupes, hijo -le consuela su madre-. Todo tiene un principio y un fin. El castillo ya ha durado lo suficiente.
 Mañana podrás construir otro. Gracias a las palabras de ánimo de su madre Perrito acabó consolándose.