Está muy extendida la creencia de que si echamos la culpa de algo a los demás nos limpiamos de la culpa que nos toque, sea parcial o total. En el fondo sabemos que no es, que no puede ser cierto, pero en la superficie todos lo damos por cierto y lo practicamos, por eso todos vamos por el mundo muy orondos sin culpa alguna, porque los culpables siempre son los demás. Es algo que aprendimos desde niños… culpando a los hermanos en la casa y a los amigos en la escuela para evitar castigos. “No es mi culpa, él me hizo que le pegara” sicut erat in principio ….“Eva me dio la manzana”
Lo malo es que la imaginación también la tenemos desconchinflada, pero ojalá pudiéramos imaginar lo diferente que sería el mundo si desde niños nos enseñaran y aprendiéramos a ser responsables de nuestros actos, a no disculparnos culpando a los demás. Creceríamos para ser personas lo que se dice “maduras”, que aceptaríamos y remediaríamos la parte de culpa que nos toca, y más rápido haríamos un mundo mejor.
En este mundo de inmaduros todos nos culpamos unos a otros. Occidente culpa a Oriente, el Norte al Sur y el Sur al Norte y casi siempre los más fregaos son los de en medio, ahí tenemos al Oriente Medio siempre entre las patas de los ca…ballos. Pero la verdad es que todo el mundo sufre las consecuencias de no aceptar la culpa que nos toque por nuestro actuar o falta de actuar para lograr un convivencia menos animal entre racionales y mantener un medioambiente sano y agradable.
Pocas veces vemos a gobiernos culpando a las religiones de los males de la sociedad, (así les iría), pero sí vemos con cierta frecuencia a religiosos culpando a gobiernos de la inseguridad, por ejemplo. Si el tejido social está deshilachado la culpa es de todos, pero de todos. No sólo de gobiernos, religiones, organizaciones mundiales, padres de familia…. Todos, en alguna forma somos culpables, porque todos debemos de ser responsables del cuidado del Planeta y de crear un sociedad justa, racional, unida; sin racismo, sin clasismo, sin discriminación.
Culpar a los demás de los males que todos sufrimos es fácil y conveniente, pero no soluciona nada. El culpar no disculpa, más bien empeora situaciones porque no se participa en la búsqueda de soluciones. Debemos ser responsables, reconocer nuestra culpa y remediar daños. Mucho debería de preocuparnos la afirmación que hizo el jefe de la ONU hace días, que le Planeta ya pasó del ‘calentamiento global’ a la ebullición global, no porque lo haya dicho ese señor, sino porque lo estamos viviendo… ¡estamos hirviendo!! y seguimos haciendo ¡nada! Tanto peca el que mata la vaca, como el que le detiene la pata… y el que ve cómo la matan. Salud y saludos
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