De Amigos a Novios

¿Por qué no siempre funciona este cambio en esta relación interpersonal?

Por Laura Bo

Sabemos que una relación sentimental por lo general comienza por una amistad, ya que se empieza a sentir cosas diferentes por esa persona que siempre ha sido nuestra amiga o amigo… Es atracción hacia la forma de pensar o de ser porque, de alguna manera, esto nos complementa, por eso es nuestro amigo/a. ¡Precisamente, por eso es que es tan común comenzar como buenos amigos!. 

   Tampoco se trata de que nos confundamos, el hecho de llevarse bien no implica que tenga que haber un noviazgo posterior. De hecho hay amistades que duran toda una vida, y nunca dieron un paso más allá en esa amistad.

 Para que una relación funcione, en realidad, debe existir química, emoción, entusiasmo, en una palabra tenemos que sentir las famosas maripositas en el estómago.

  ¿En qué nos favorece? Tener una relación con un amigo/a: Si comenzamos a sentir atracción hacia alguien que, hasta hace poco, sólo gozaba de nuestra amistad y la atracción es mutua, encontramos que la tolerancia y el profundo conocimiento de la personalidad de ambos es terreno ganado. Estamos sumando puntos a una relación que comienza, gracias a que conocemos

bien los gustos del otro y sus manías. También es pro-

bable que compartamos algunas de ellas, sabemos que es

lo que tal vez quiere y conocemos sus cambios de humor. Sabemos cómo agradarle y eso nos da un mayor margen de ventaja en la relación. 

  Sin máscaras: Al iniciar una relación de noviazgo después de haber sido grandes amigos, se puede decir que la pareja se presenta sin máscaras, son ellos mismos. Es que, después de ser confidentes y de saber que el otro (lo o la)  conoce todo o mucho de lo que se le ocultaría al resto del mundo, es poco probable que la cosa se ponga difícil. Después de una amistad, ya se acepta a la pareja con todos sus defectos y sus virtudes. Una amistad que pasa a noviazgo o matrimonio, tiene la ventaja de poseer un sistema de comunicación único y, la gran mayoría de las veces, eficiente. 

  Las desventajas y el factor de riesgo: Ahora bien, hasta aquí todo parece ir sobre ruedas, ya que estas parejas se conocen tanto y tan bien, que a simple vista pudieran no existir desventajas y por ende, el noviazgo termine en una relación matrimonial muy duradera y hasta placentera o feliz… Sin embargo cuidado!, porque un alto porcentaje de ‘‘amigos’’ que dan el siguiente paso y se hacen novios, terminan mal y no se diga si llegaran al matrimonio, porque ahí sí, por lo general la cosa explota.  

 Y es que ese mutuo y profundo conocimiento uno del otro, pierde sorpresa e interés y hasta puede ocurrir que no haya un redescubrimiento, todo se vuelve tan cotidiano. 

    Por otro lado, en tiempos modernos y en este país, ya casi nadie se asombra saber que en un noviazgo haya relaciones sexuales, sobre todo cuando la pareja ya es mayor de edad, por eso es muy importante es ser compatibles en el terreno sexual, porque si no coinciden ahí, tal vez sea mejor seguir siendo buenos amigos, que novios insatisfechos. Recordemos que el sexo es parte integral de una relación de pareja y la ausencia de este es casi la generalidad en una amistad. No hace falta hacer muchas matemáticas para deducir las opciones, ¿verdad?

  Por lo anterior, hay que tener cuidado cuando se pasa de ser amigos a novios, ya que es necesario redoblar esfuerzos para evitar caer en el desinterés, en la falta de creatividad y de alguna manera  no solo mantener la pasión, sino también un poco de misterio, de hacer cosas inesperadas, de no ser tan predecible y sin perder el respeto.

  Es conveniente que pensemos detenidamente en este tipo de relación, porque si sólo se convive con una persona es posible que la falta de interacción con otros seres humanos los conduzca a un enamoramiento ilusorio y con pocas probabilidades de durar. Por eso es recomendable conocer a varias personas, salir e intentar hacer nuevas amistades.

  Es bueno en cualquier amistad que haya comunicación y eso ya lo tienes con tu amigo/a, así que no lo pierdas.