“Al morir, hay quienes piden ser cremados, pero el problema es que al arder no sabes si serás libre o si todo lo que es tuyo desaparecerá…. ¿Acaso sólo quedarán cenizas y confusión […] o se encont
“Al morir, hay quienes piden ser cremados, pero el problema es que al arder no sabes si serás libre o si todo lo que es tuyo desaparecerá…. ¿Acaso sólo quedarán cenizas y confusión […] o se encontrará en las profundidades de las cenizas un diamante estrellado?”, ese es el razonamiento que el poeta romántico polaco Cyprian Norwid se hacía. Pero una empresa estadounidense parece haber encontrado la respuesta a tal pregunta, aunque no ofreció explícitamente una explicación, solo dijo que es diferente el concepto a la empresa suiza que crema los cuerpos y de las cenizas elabora un pequeño diamente.
La empresa norteamericana Life Gem Memorials, ha un nuevo y revolucionario método para garantizar que en la cremación no todo desaparezca, transformando en diamantes las cenizas de nuestros seres queridos. Por precios que oscilan entre US$7.000 y US$22.000, fabrican un diamante sintético que lo pueden montar en un broche o un anillo, en recordación del difunto. Componente común El director de la empresa, Greg Herro, pasó tres años desarrollando el proceso.
Nos basamos en el sencillo hecho de que todos los seres vivos comparten con el diamante un componente básico, el carbono Greg Herro, director de LifeGem Memorials. Las cenizas se purifican a 3.000 grados centígrados, pasan por otra fase de calentamiento y se comprimen a presión durante unas 16 semanas hasta convertirlas en un diamante. “Nos basamos en el sencillo hecho de que todos los seres vivos comparten con el diamante un componente básico, el carbono”, señaló Herro, quien lanzó la empresa el mes pasado.
En su sitio web aparecen los nombres de varias funerarias estadounidenses a las que pueden acudir los interesados en transformar cenizas en diamantes.
El profesor de química Avrum Blumberg de la Universidad DePaul de Chicago dijo que el proceso era válido desde el punto de vista científico. “Si se hace con gran lentitud y cuidado, se puede obtener un diamante de una calidad razonablemente alta”, explicó. Los diamantes sintéticos -es decir los fabricados por seres huma-nos- se utilizan en diversos procesos industriales desde que se inventaron en la década de 1950.
En la actualidad, el 38% de los estadounidenses opta por la cremación y el director de LifeGem Memorials espera que su producto eleve esa cifra a un nivel similar al de Japón, que es de cerca del 90%.
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