En muchas ocasiones la vida puede llegar a ser muy complicada: horarios qué cumplir, objetivos qué alcanzar, las prisas que nunca terminan, mostrar a todos una buena cara cuando no tenemos ganas ni de sonreír, y dormirnos sin haber disfrutado ni de un solo instante para nosotros mismos, ¿cuáles son las consecuencias de mantener este tipo de hábitos en nuestras vidas?
Especialistas –médicos, psicólogos y psiquiatras– consideran que la salud en general no es sólo la ausencia de enfermedades orgánicas, sino la experiencia de plenitud tanto física como psicológica en el día a día. Por tanto es importante no sólo realizar programas detox para liberar las toxinas de la sangre, también las que se encuentran en la mente y que son capaces de limitar nuestro pensamiento, vida y vínculos afectivos.
Para lograrlo, es importante seguir los siguientes pasos:
Tomar consciencia que estamos estancados
La repetición de las mismas creencias, circunstancias, eventos, recuerdos, sentimientos, bloquean la habilidad de evolución. El arrastrar el pasado a nuestro presente sólo provoca la prolongación del sufrimiento, incapacitando vivir nuestras vidas en el aquí y el ahora y dificultando el proceso de aprendizaje de lo que estamos experimentando. Es como si la continua repetición de patrones fuera capaz de robarnos nuevas vivencias y, por tanto, una vida. La solución es, paso a paso, recordar que el pasado está en el pasado, y que en el presente hay una inmensa posibilidad de forjar nuevos recuerdos mediante las vivencias de la cotidianidad.
Aprender a callar los pensamientos
La dificultad de disfrutar el momento en el aquí y en el ahora se debe a la intoxicación de la naturaleza humana. El aprender a disfrutar del silencio mental mientras se toma el sol de una tarde de primavera, dejando a un lado los pendientes, las preocupaciones, el agobio, las responsabilidades, ayudará a liberar toxinas mentales.
Disminuir la velocidad del pensamiento
¿Cuántas veces no ha pasado que del camino de trabajo a casa, vamos inmersos en el pensamiento sin darnos cuenta de lo que hay alrededor hasta que se llega a la puerta de la recámara? Ser capaces de tomar consciencia de los pensamientos, analizarlos y revalorizarlos puede ayudar a disminuir su velocidad; y por tanto también a reducir el agobio del exceso y la angustia que pueden llegar a generar. Esto es posible alternando con la toma de consciencia de las sensaciones y emociones.
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