De acuerdo a investigaciones el consumir una dieta rica en fibra puede reducir las alergias a las substancias tales como cacahuetes.
El equipo de Laurence Macia y Charles Mackay, ambos inmunólogos en la Universidad Monash de Australia, han comprobado que las bacterias del intestino liberan un ácido graso específico en respuesta a la ingesta de fibra, lo que acaba por influir en las respuestas alérgicas, a través de cambios en el sistema inmunitario.
Los autores del estudio sospechan ahora que la mayor incidencia de alergias alimentarias en la población de naciones industrializadas, como Australia, en los últimos años ha estado relacionada con cambios en la dieta de las personas y en nuestro propio microbioma, en vez de con una falta de exposición a microbios medioambientales, la llamada “hipótesis de la higiene excesiva”.
Se sabe que las bacterias del intestino descomponen la fibra alimentaria en sus subproductos (principalmente ácidos grasos de cadena corta). El equipo de Macia y Mackay profundizó en esto y determinó que estos ácidos grasos contribuyen al correcto funcionamiento del sistema inmunitario al enlazarse a receptores específicos en las células reguladoras T, células inmunitarias que sirven para impedir la reacción inmunitaria cuando esta es innecesaria. De no impedirse en tales casos, puede presentarse una reacción alérgica a un alimento.
En otras palabras, puede que las bacterias benéficas que predominan bajo el consumo de fibra promuevan el desarrollo de esas células T reguladoras. A las bacterias les sirve para tener un entorno sano y sin inflamación en el cual prosperar. Así que es una situación en la que huésped y anfitrión salen ganando.
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