En lo muy profundo del bosque en el campo municipal de Animalandia va a comenzar el partido del año entre los “Súper” y los “Grandes”, dos populares equipos de fútbol. Las gradas están llenas hasta el tope sin lugar libre para sentarse y hay una gran animación. Cada “hincha” porta su bandera y su puro. Además, abundan las pancartas de apoyo a los jugadores.
¡Hala, “Súper”. Somos los mejores y tenemos que ganar! -quien así grita es don Hipopótamo, un “hincha” empedernido de los favoritos de hoy. A su lado, don Elefante, “hincha” del equipo contrario, le hace la competencia con sus exclamaciones:
-¡Ra, ra, ra, los “Grandes” nada más! -su potente vozarrón se oye en todo el campo, y despierta las envidias y molestia de don Hipopótamo.
A medida que avanza el partido, ambos espectadores se enfrentan con actitudes cada vez más enérgicas y hasta agresivas. Primero intercambian chistes despectivos; después, miradas hostiles; por último, se amenazan con ferocidad y terminan dándose empujones. ¡Qué malos aficionados al fútbol son estos señores!. Y vaya que si lo son.
– El partido terminó empatado y los espectadores, contentos unos y desilusionados otros, regresan a sus casas. Don Elefante y don Hipopótamo, arrepentidos de sus malas actitudes, se han disculpado mutuamente y, tras un fuerte apretón de manos, recobran la pérdida de su amistad.
Moraleja: Si la calma y compostura sabes guardar aprietos y vergüenzas te vas a evitar!!
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