Cierto día, el águila, que es la reina de las aves, ofreció un banquete especial para todos los animales de pluma.
Cierto día, el águila, que es la reina de las aves, ofreció un banquete especial para todos los animales de pluma.
El halcón, que tenía el cargo de mayordomo, se presentó ante ella y solicito le preguntó que a cuál de los comensales preferiría sentar a su diestra.
Tras pensarlo un instante, resuelta el águila contestó:– ¡A la paloma! Al saber esto, el colorido papagayo y el orgulloso pavo real, se disgustaron bastante por tan inesperada respuesta y que en su opinión era tan injusta, por lo que en tono de reproche inquirieron:
– ¿Pero, por qué señora, siendo nosotros tan hermosos hemos sido relegados por una simple paloma, un ave tan corriente?–
Porque yo amo más la modestia que la belleza. Es cierto que ustedes dos son verdaderamente bellos y apuestos, pero qué lejos están de ser tan modestos como la cándida paloma… Y dicho esto, emprendió el vuelo, dando por terminada la plática.
Moraleja: La modestia suele causar admiración en cambio la vanidad, ocasiona animadversión!
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