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EL AUMENTO DEL NIVEL DEL MAR NOS PONE EN PELIGRO

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Durante décadas, los defensores del medio ambiente han instado a gobiernos, empresas y particulares a tomar medidas drásticas para limitar el cambio climático y evitar que la temperatura media de la Tierra supere los 1,5 grados Celsius respecto a la época preindustrial.

 Ahora, algunos expertos en clima abogan por un objetivo diferente: en su lugar, quieren establecer límites para la subida del nivel del mar, fijando el límite superior en unos 60 centímetros o un poco más, dependiendo de la ubicación. El nivel relativo del mar a lo largo de la costa estadounidense ya ha subido alrededor de 30 centímetros y podría aumentar hasta 1,8 metros en 2100 si no se frenan de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los combustibles fósiles y el metano.

“La subida del nivel del mar es un efecto del cambio climático fácil de entender, ya que es directo, visible y creciente”, afirma Rafe Pomerance, antiguo experto medioambiental del Gobierno de Estados Unidos, que ha instado a los responsables políticos a reconocer la importancia de la subida del nivel del mar, especialmente en Florida, que es especialmente vulnerable.

¿POR QUÉ ES PELIGROSO EL AUMENTO DEL NIVEL DEL MAR?

El aumento de las temperaturas de la Tierra expande las moléculas oceánicas y derrite los glaciares terrestres en todo el mundo, elevando el nivel de las aguas. Desplazar la atención a los daños que esta agua produce localmente tiene sentido, dice Pomerance, porque “describe directamente las vidas y propiedades de las personas que están en juego”.

La subida del nivel del mar es uno de los efectos más graves del cambio climático, afirma Alice C. Hill, experta en energía y medio ambiente del Consejo de Relaciones Exteriores de Washington D.C. El aumento del nivel de las costas no sólo daña las viviendas cercanas al océano, sino que también afecta a comunidades situadas incluso kilómetros tierra adentro, afirma. Las carreteras, el transporte público, los sistemas de saneamiento, las plantas de tratamiento de agua y los pozos de agua potable, las redes eléctricas y los campos de cultivo pueden resultar dañados. Además, durante los huracanes, las mareas tormentosas que parten de un nivel oceánico más alto pueden aumentar enormemente la destrucción.

Meryl Davids Landau // nationalgeographic.es

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