Cuando un nuevo bebé llega a casa empiezan las rabietas, pataletas, travesuras y peleas continuas con otros niños por parte del hijo mayor, quien siente que su hermano le robará el cariño de sus padres.
Esta manera de pensar se presenta en niños menores de 6 años, pues su forma de comprender el mundo es individualista. La situación puede tornarse preocupante para los padres, si estas conductas se prolongan después de esa edad y el hijo mayor no llega a comprender que el cariño de su madre puede ser compartido. Si el primogénito continúa manifestando celos enfermizos es probable que necesite ayuda profesional.
Celos Normales
La característica esencial de los celos es el intenso miedo a perder a la figura amada, que en el caso de los niños suele ser la madre.
El solo hecho de anunciar el embarazo puede provocar en el hijo una reacción de celos, aunque las manifestaciones surgen cuando comienza a haber una transformación en la vida del pequeño. Los celos infantiles son normales y son una reacción que se produce ante el cambio familiar. Pero cuando los signos que se consideran normales se agravan o incrementan es cuando hay que preocuparse.
El primogénito no es capaz de asimilar el cambio, ya que antes toda la atención era para él y ahora es compartida. Pero también existe otra estructura familiar en la que se instalan los celos. Se trata de los núcleos familiares con tres hijos. El segundo puede ser el que la pasa peor porque está entre el primero, que usualmente tiene más privilegios, y el menor, que acapara el cuidado de los padres. No es raro que las parejas busquen consulta porque ven al pequeño sufrir y no saben cómo tratar el tema. Transmitir el mensaje de que no se sienta desplazado es difícil y muchas veces no lo entiende.
Todo en torno al recién nacido
Los sueños de los niños celosos suelen girar en torno al recién nacido. Tienen pesadillas protagonizadas por la figura de un hombre que rapta, que se lleva al bebé. Esto refleja sentimientos ambivalentes del hermano mayor, quien por un lado siente cariño por el nuevo miembro en casa, pero por el otro también quiere que desaparezca de su entorno. La situación se agrava cuando los profesores reportan que el niño ha cambiado, se aísla, es agresivo y se niega a ir a la escuela.
Los padres se dan cuenta de que es una situación que se les escapa de las manos y suelen cometer el error de centrar su atención sobre el celoso, con lo cual multiplican el problema. La pauta más recomendada para que estas situaciones extremas no lleguen a aparecer es hacer prevención antes de la llegada de un nuevo miembro.
Tips para ayudar al primogénito a aceptar su nueva realidad:
– Reconocer el sentimiento celoso como algo natural, no exagerar.
– Ser tolerante con las regresiones.
– Darle la oportunidad de expresar su malestar.
– Atender con interés sus éxitos.
– Transmitir que se le quiere.
– Enfatizarle las ventajas de ser mayor.
-Será el ejemplo de su hermano menor.
Lo que deben evitar:
– Ocultar el sentimiento amoroso hacia el nuevo bebé.
– Hacer comparaciones entre los hijos, es lo más perjudicial que un padre puede hacer.
– Manifestar preferencia por alguno, tratar a todos con el mismo cariño y amor.
– Intervenir prematuramente en las peleas. Por ejemplo, por los juguetes.
– Hacerle prometer al hijo mayor que se portará bien.
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