Cada noche, cuando bajaba el telón tras la representación de Drácula en su primera versión teatral en 1924, el actor y director que interpretaba el papel de Van Helsing aparecía delante del telón para
Cada noche, cuando bajaba el telón tras la representación de Drácula en su primera versión teatral en 1924, el actor y director que interpretaba el papel de Van Helsing aparecía delante del telón para tranquilizar al público..: “¡Un momento, damas y caballeros! Una palabra antes de que se marchen. Esperamos que el recuerdo de Drácula no les cause pesadillas, de modo que he aquí unas palabras para tranquilizarles. Cuando estén en su casa, esta noche, y hayan apagado las luces, y sientan miedo de mirar detrás de las cortinas, y teman ver que una cara aparece en la ventana… bueno, ¡tranquilícense! Y recuerden que, al fin y al cabo… ¡esas cosas sí existen!”
El público, gran parte del cual lo constituían lectores de novelas de misterio y terror -muy en boga por aquel entonces-, habían pasado la velada estremecidos ante la historia irresistible del «mayor de los vampiros»: El Conde Drácula. Fue el año 1897 cuando el escritor Bram Stoker lanzó al mundo su sensacional la novela del Noble Conde que dormía de día y al caer la luna, se levantaba de su sarcófago para alimentarse de la sangre de sus vecinos del lugar… Pero quien fue Bram Stoker? ¿De donde salió la idea de un vampiro con figura humana?… Esto es lo que sabemos de él. Abraham Stoker nació el 8 de noviembre de 1847, en Clontarf, Irlanda. En su acta de nacimiento, la cual era una hoja certificada por los regidores de ese municipio, aparecía el hombre de Abraham, pero se dice que fue él mismo quien al paso de los años “acortó” su nombre a “Bram”. Nació en el seno de una familia que sin ser de la realeza, no conoció muchas privaciones a pesar de las épocas de hambruna, guerra y cólera; sin embargo, aunque su situación era relativamente acomodada, el pequeño Bram fue muy enfermizo durante los primeros ocho años de su existencia. Charlotte, su madre, para entretenerlo en sus primeros años de vida, le contaba viejas leyendas irlandesas que despertaron la imaginación del chiquillo. Eran historias de fantasmas y almas en pena que por las noches rondaban casonas y cementerios abandonados.
Sin saberlo, su madre estaba poniendo los cimientos en la tierna mente del niño; cimientos que al paso de los años darían vida al escalofriante personaje de terror más famoso de los tiempos.
IRONIAS DE LA VIDA
La vida siempre tiene sus paradojas. Ese niño, que era muy enfermizo en sus primeros años de vida, y que estuvo a punto de morir varias veces, en 1855, cuando tenía ocho años, se repuso por completo, al grado que a partir de allí, su salud empezó a ser tan buena que al llegar a la juventud, era un chico atlético y musculoso. Ganó varios títulos de atletismo mientras cursaba sus estudios universitarios en el Trinity College, de la ciudad de Dublín. En 1870 se graduó con las más altas calificaciones en Ciencias y Matemáticas.
SUS DIFICILES INICIOS
Sus inicios profesionales mediocres. Fue crítico teatral muy oscuro hasta que en 1878 el actor Henry Irving le “echó la mano” y lo metió a trabajar en el “Lyceum Theatre de Londres”, para ello tuvo que irse a visitar a Inglaterra. Fue ahí un gran crítico teatral, agente y adaptador de obras literarias para las interpretaciones de Irving. Pero el “gusanito” por las historias de espantos no había muerto en su niñez y fue por ello que se unió a un insólito grupo que tenía un pintoresco e ingenioso nombre: “La Sublime Sociedad de los Bisteces” y era un club de aficionados a las historias sobrenaturales. Ahí desarrolló su talento como escritor. En esa época ocurrieron los crímenes de “Jack el Destripador”, personaje de la vida real que alimentó la imaginación de Bram.
LO SOBRENATURAL, DE MODA
Londres comenzó a vivir una etapa en la que todo lo relacionado a lo sobrenatural se puso muy de moda. Aparecidos, brujas, fantasmas y duendes eran mencionados de boca en boca. Stocker decidió hacerse miembro de una sociedad secreta llamada “La Orden Hermética del Alba Dorada”, aunque pronto renunció a ella. Pero algunas de sus enseñanzas secretas fueron semilla fructífera en su imaginación. Otros dos factores fueron importantes para la creación del vampiro: la historia de una mujer-vampiro llamada Carmilla, eso y la influencia de la vida de la condesa Erzebeth Bathory, quien nació al pie de los Cárpatos y torturó y asesinó a más de 600 muchachas para bañarse con su sangre. ¡Drácula ya era un embrión y Stoker estaba a punto de darlo a luz! La pieza que faltaba la proporcionó la historia de Vlad Drakul, sanguinario príncipe de Valquia entre 1448 y 1476. De esta manera surgió Drácula. Finalmente Stoker escribió su inmortal novela. El ingrediente que ha hecho que Drácula sea el ser sobrenatural más famoso de todos los tiempos es su afición a la sangre, que representa el sexo en forma depravada, según los psicólogos que han estudiado la obra, y que la sangre es para el vampiro la fuente de eterna juventud y la inmortalidad… Bram Stoker murió antes de cumplir los 65 años, en 1912, ya que las enfermedades que le aquejaron desde niño regresaron con más fuerza. Aunque muchos estudiosos en la materia, están convencidos que Drácula, su personaje, fue el que se lo llevó a la tumba… Y Créalo o No -dicen- Así Fue!!!
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