Los adolescentes de hoy en día viven en un mundo hipersexualizado. Tienen a su alcance contenido pornográfico a un toque de pantalla; sin ninguna restricción, pueden consumir pornografía libremente.
Varias investigaciones ponen de manifiesto que el consumo de pornografía en adolescentes puede generar problemas a la hora de mantener relaciones sexuales satisfactorias. Incluso, afirman que, si este consumo es muy habitual, puede llevar a producir cierta adicción. ¿Se está convirtiendo la pornografía en una práctica social preocupante?
Este consumo temprano de pornografía provoca que los adolescentes desvirtúen el modelo de las relaciones afectivo-sexuales y tengan una visión distorsionada de la sexualidad. ¿Cómo afectará en nuestros hijos este consumo temprano y frecuente de pornografía?
¿A QUÉ EDAD COMIENZAN LOS ADOLESCENTES A VER CONTENIDO PORNOGRÁFICO?
Según la Unidad de Pediatría y Adolescencia, la edad media a la que comienzan a consumir pornografía los adolescentes cada vez es más temprana. Entre los 12 y 14 años en el caso de los chicos, y de 16 años en las chicas. Es más, las estadísticas dicen que 1 de cada 4 comienzan a visualizar pornografía antes de los 10 años, incluso algunos niños tienen su primer contacto con imágenes pornográficas con tan sólo 8 años.
Esta práctica hace unos años no era tan temprana ni tan masiva. Hoy en día, el uso de internet y las nuevas tecnologías provocan que los preadolescentes y adolescentes tengan al alcance de su mano y sin ninguna restricción el consumo libre de pornografía.
El uso de móviles a edades muy tempranas, la curiosidad que tienen los adolescentes y la facilidad de acceso a páginas con contenido pornográfico, inducen a buscar pornografía explícita. Con el tiempo, buscarán imágenes cada vez transgresoras con la intención de buscar mayor placer. Esta práctica puede afectar de varias maneras, ya que su cerebro todavía no tiene un mapa de la sexualidad bien formado.
EFECTOS DEL CONSUMO DE PORNOGRAFÍA A EDADES TEMPRANAS
Emilio López Bastos, psicólogo y sexólogo, además de vicepresidente de la Federación Española de Sociedades de Sexología, advierte que el consumo habitual y temprano de pornografía puede producir disfunciones sexuales. Entre ellas, disfunción eréctil, eyaculación precoz y dificultad para llegar al orgasmo.
Y es que los adolescentes que comienzan a ver pornografía a edades muy tempranas acabarán necesitando un estímulo visual cada vez más fuerte para obtener una respuesta sexual placentera. Pasan de la pornografía softcore a hardcore.
Por otro lado, a nivel cerebral, se producen descargas de dopamina que generan reacciones intensas y que son muy similares a las que se producen cuando se toman sustancias adictivas. Así pues, al igual que otras adicciones, el consumo frecuente de pornografía a edades tempranas puede generar problemas físicos, mentales, psicológicos y sociales en los adolescentes.
Hay que tener en cuenta que la intensidad de los efectos será mayor cuanto más temprana sea la edad de exposición y más extremo sea el contenido pornográfico, ya que, como hemos dicho, con 12 o 14 años todavía no tienen un mapa de la sexualidad bien formado. Su cerebro todavía no está desarrollado psicológicamente para procesar esas imágenes, lo que provoca que la percepción de la sexualidad se vea distorsionada.
Además, algo muy negativo que tiene la pornografía es que, en general, es muy machista; transmite unos mitos y unas ideas erróneas sobre la sexualidad. Es por ello que, con el tiempo, tanto chicos como chicas acabarán distorsionando las relaciones afectivo-sexuales con sus parejas.
¿QUÉ SE PUEDE HACER DESDE LA FAMILIA Y EL COLEGIO?
Desde la familia y el colegio, se debe prevenir el consumo de pornografía mediante una correcta educación sexual. Hay que asesorar a los adolescentes en el proceso de su sexualidad. No censurar, sino crear la capacidad crítica para diferenciar la pornografía de las relaciones sexuales-afectivas.
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