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El esposo sufre de “Hermanitis”

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Cuando me junté con mi esposo, nunca me imaginé que padeciera de una grave enfermedad: “hermanitis”. Y es que sus hermanas siempre están detrás de él para pedirle cosas.

 Salir avante de problemas no es sencillo, en especial si no se cuenta con ayuda. Por eso la “Doctora Consejos”, es una sección que espera ser una guía para quienes no encuentran la salida. El caso de hoy es:

 Por: Silvia Carlock

Querida Doctora Consejos:

 Me encantan los consejos que usted da. Tengo un gran problema del que deseo me ayude a salir. 

 Cuando me junté con mi esposo, nunca me imaginé que padeciera de una grave enfermedad: “hermanitis”.  Y es que sus hermanas siempre están detrás de él para pedirle cosas. El tiene su propio negocio pero no le está yendo nada bien y no quiere que ellas se den cuenta por eso les cumple todo cuanto piden. Según él, lo hace para que ellas no le tengan lástima. Mis cuñaditas cuidan a mi bebé y cobran $100 a la semana. Pero esto no es suficiente para ellas, pues se la pasan pidiéndole cosas a mi esposo sin hacer conciencia si él puede o no pagarlas. Además, me he enterado que las visita a mis espaldas. Me miente para ir a verlas. Yo ya no se qué hacer. Ya le dije que se quede con sus hermanas pero no se va de la casa. Hasta los fines de semana se va con ellas y nunca me avisa ni tampoco me invita. Aconséjeme, por favor. 
— Monique
 
Querida Monique:
 Entre más trates de alejar a tu marido de sus hermanas, más los vas a unir. Eso es una ley universal. De manera que deja de pelear, deja de perseguirlo para que no te tenga que mentir y deja de recriminarlo porque lo único que logras es acercarlo más a ellas y alejarlo más de ti. Y no tiene que ser así. Las hermanas son parte de la familia y cada quien tiene que tener su lugar y su horario, pero para lograrlo tienes que actuar con inteligencia. Mira, cuando dejes de pelear te van a quedar dos opciones que te pueden funcionar si las sabes hacer bien. La primera es, como dice el dicho, si no puedes con tu enemigo, únetele. En lugar de regañar a tu marido, invita tú a sus hermanas a tu casa. Hazlas participar de todas las actividades familiares. Háblales por teléfono, sal de compras con ellas, platica. En fin. Se tú la que genere la unión. Cuando hagas esto puede pasar que él se canse de tenerlas cerca o que tú te des cuenta que es divertido estar con ellas y entonces puedan ser felices todos como una familia unida. Tu segunda opción es dejar de pelear, dejarlo en paz y buscar tú, actividades a las que pudieras atraerlo. Por ejemplo acércate a la iglesia o a un centro comunitario, cercanos a tu casa e involúcrate con las actividades. Cuando empieces a recibir invitaciones, invítalo a ir contigo. Si dice no, déjalo ir sin pelear. Ve tú, disfruta tu evento. Con esta actitud puede pasar que él sienta inquietud de ver que te le estás yendo y empiece a dejar de ir a ver a las hermanas por irse contigo. Lo más importante es romper el círculo vicioso en el que están envueltos donde él está a que sí, y tú a que no. Cuando logres romper este circulo, nuevos mundos emergerán. Te deseo suerte

 

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