Hace 50 años, la historia de una niña poseída por un espíritu maligno causó un verdadero pandemónium que trascendió las salas de cine.
Dirigida por William “Bill” Friedkin -y basada en la novela homónima de William Peter Blatty-, “El exorcista” se convirtió en un verdadero fenómeno cultural.
Desde que se estrenó el 26 de diciembre de 1973, millones hicieron colas para verla, fue prohibida en varios países y se reportó que no pocos espectadores que se desmayaban o vomitaban de miedo.
Mark Kermode, reconocido crítico de cine británico, realizó hace 25 años para la BBC un documental titulado “Temor de Dios” en el que desmenuza el film en conversaciones con Blatty, Friedkin, los actores y otras personas que fueron clave en cada uno de los 121 minutos que dura la producción.
Es basándonos en su opinión y en las entrevistas que hizo que recopilamos estas razones que han hecho de “El exorcista” una de las obras maestras indiscutibles de la historia del cine.
PUDO PASAR EN LA CASA DE TU VECINO
Como el libro, la película se basa en la historia de Regan, una niña cercana a la adolescencia que vive en una casa tradicional en Washington DC, que es poseída por un demonio y logra ser salvada por curas católicos.
Un factor que aseguran influyó en que la cinta generara y siga generando esa potente respuesta emocional fue que la protagonista no era un monstruo o un personaje de ciencia ficción.
El hecho de que la película surgiera en una sociedad en la que la fe estaba siendo cuestionada por una generación de jóvenes que se rebelaban contra lo establecido -políticos, guerras, religión, capitalismo- también pudo haber influido.
Por eso no fue extraño que la idea de una persona joven poseída por fuerzas oscuras resonara también en adultos que veían cómo sus propios hijos se transformaban en extraterrestres para ellos.
LA TRANSFORMACIÓN DE REGAN
El éxito de la película y de la trama gira en torno a la figura de Regan, la adorable niña de 12 años que interpreta Linda Blair.
Su paulatina transformación de una niña inocente y puritana en el más cruento demonio es considerada fascinante y al mismo tiempo escalofriante.
Verla cambiar y escuchar su voz y sus chillidos es impactante.
LOS EFECTOS ESPECIALES
Una escena escalofriante fue la llegada del padre Merrin a la calle Prospect en una noche con neblina, con la luz del cuarto de Regan desprendiendo un haz luminoso.
“El haz de luz lo es todo, le añade una cualidad etérea”, dice Owen Roizman, el camarógrafo que ideó la toma junto a Friedkin.
La empinada escalera de 75 escalones en la que muere el padre Karras, luego de lanzarse por la ventana tras liberar a Regan del demonio, se ha convertido en un sitio de peregrinación para los seguidores de la cinta.
UNA VOZ INTERSEXUAL Y LA INVENCIÓN DE UN MEXICANO
De las 10 nominaciones a los premios Oscar que recibió en 1974, “El exorcista” recibió dos estatuillas a mejor guión adaptado y a mejor sonido.
Friedkin explicó que lo que buscó fue crear un sonido con “una dinámica que oscilaba entre ruidos muy fuertes y opresivos y un silencio total”.
El nombre de Mercedes McCambridge fue el que se le vino a la mente. Hubo ocasiones en que a la voz se le agregó efectos de sonidos de animales, de objetos y otros ruidos. Pero la pista final, que tomó 16 semanas, sólo se pudo completar gracias al aporte de un sonidista mexicano.
El mexicano Gonzalo Gavira fue el encargado del sonido que se escucha cuando la cabeza de Regan gira 360°, lo creó con una billetera de cuero llena de tarjetas de crédito. El dramático giro se hizo con una muñeca.
ENTRE LEYENDAS Y MALDICIONES
La combinación de su alto nivel cinematográfico con la fuerte carga religiosa de su trama provocó un amplio abanico de reacciones entre los cineastas y en la sociedad.
A los vómitos y desmayos ya mencionados, se sumaron informes de personas que sufrieron convulsiones e incluso se habló de mujeres que, supuestamente, abortaron.
Esas historias tomaron aún más vuelo con hechos que ocurrieron durante el rodaje de la película y que algunos vieron como macabras casualidades.
“Hubo nueve muertes, que es una enorme cantidad vinculadas con una película”, recordó la actriz Ellen Burstyn.
Blatty, por su parte, aceptó en el mismo especial que es verdad que en la película “hay un poder para conmover y tener un efecto perturbador en el espectador que es mayor que la suma de cualquiera de sus partes”. “Es enorme y misterioso, pero Dios mío, no es un poder del mal”, sentenció.
JM Pinochet – BBC News Mundo
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