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EL GRAN EXITO… DE UN POBRE FRACASADO

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Que pasooó razaaa!! ¿cómo dicen que les va, de pelos tiesos?…

                                        Óorale!.

 Y como no les quiero fallar, aunque sea cada dos semanas, les voy a echar uno bieen bueno, el chistorete de hoy se llama “La Manteca Erótica”, ahí les va…

  Resulta que tres tipos están platicando sobre lo que habían hecho la noche anterior.

El primero, que es italiano, muy ufano dice:

 –Anoche le di masajes a mi esposa con un aceite de oliva finísimo, luego hicimos el amor apasionadamente… Y uf!, la hice gritar durante 5 minutos!

   El otro, que es francés comenta:

_-Pues anoche le di masajes a mi mujer con un aceite perfumado afrodisíaco especial. Luego hicimos el amor…  Y la hice gritar durante 15 minutos!

   El tercero, un mexicano medio chaparrito, panzoncito y calvito, dice:

 -Po’s anoche le di masajes a mi vieja, con manteca de puerco, le acaricié toooodo el cuerpo con la mantequita, luego hicimos el amor… y uuuta, madere, la hice gritar casi 2 horas seguidas!!!

  El Italiano y el Francés asombrados preguntan:

-¿Dos horas?… en la moder, (sabían inglés los güeyes) Y ¿qué hiciste para hacerla gritar durante 2 horas seguidas?

-Pos,,, me limpié las manos en la colcha…!!!!

Jaaa! jaaa!,,, ta güeno, a poco no???

    Pero cambiando un poquito el tema, déjenme les cuento, un buen cuento, que no es cuento. Resulta que mientras esperaba que me atendiera el doctor, empecé a platicar con otro señor que también esperaba al matasanos; y tras comentar de diferentes  _inejadas, me preguntó: ¿Oiga, y que hace uste’ aquí… se nota que usté’ tiene lana?

  Ja!, ja!, -pegué la carcajada- qué más quisiera yo!, pero no se crea, la pelona engaña… No porque nos falte pelo, eso quiere decir que tengamos dinero.

— Pus’ usté dirá lo que quiera, pero luego, luego se ve que usté es una persona de éxito…

   Aaah!, eso sí, yo tengo éxito en casi todo lo que hago, aunque sigo sin dinero… y es que el éxito, pa’cada quien es cosa diferente,,, -y le empecé a echar un rollote:-  Por ejemplo, hay quienes ven el éxito como fama y poder, pero también tiene éxito el que logra educar a sus hijos sin que le salgan drogadictos, medio en broma medio en serio… Y como el chin-che doitor no llegaba, pos seguimos en el chisme y se animó y hasta me platicó parte  de su vida.

   Don José Atontiano (nombre con el que lo acabo de bautizar), me contó que llegó a este país hace cosa de 30 años. Igual que muchos de nosotros, con una mano atrás y otra adelante, pero con muchas ilusiones.  Había dejado atrás, en su natal Jalisco, a una mujer y un hijo, pero en cuanto pudo, los mandó traer, antes era rete fácil, me dijo.

  Aquí, don José trabajó de todo, para sacar a su familia adelante. Hasta que un buen día, y con no poco esfuerzo pudo comprar una maquinita pa’ cortar pasto y así empezó a trabajar por su cuenta y poco a poco se hizo de clientela gringa.

   Durante todos estos años, bien que mal don José fue el soporte económico de la familia y, aunque sus hijos crecieron y se educaron, él nunca pidió nada; hasta hace unas semanas en que necesitó de urgencia 2000 dólares. Al buen señor se le hizo fácil ir al consultorio de su hijo mayor, que es dentista, a pedírselos prestados.

 Pero ohh!! sorpresa.. El hombre de mala gana lo recibió, pero le dijo que fuera por la noche a su casa a ver cuánto le podía prestar.

  Cuando esa noche don José hizo acto de presencia en la casa de su primogénito, éste (el hijo), sacando 3 ó 4 billetes de a cincuenta dólares y otros tantos de a veinte le dijo que era todo lo que le podía prestar. Pero además, en tono hiriente comentó:… “No entiendo cómo es que no tiene dinero. Ya nada más trabaja pa mi’mom, y pa’usté… Ya ve por no estudiar… si hubiera ido a la escuela, no fuera un pobre jardinero que no tiene ni en que caerse muerto”.

   Me platicó don José, que mordiéndose uno y la mitad del otro, con la calma que pudo le dijo: “Sabes qué mi’hijo, creo que tienes razón. Soy un pobre hombre que no tiene en que caerse muerto”.• “Y sí!, soy un pobre diablo… Pero sabes qué mi’hijo, -ya no aguantó más- Tienes razón, porque soy un pobre pendejo, sí, un pobre jardinero, que por más de veinte años les dio a tragar a ti y a tus hermanos; porque este bruto, en lugar de ir a la escuela, prefirió trabajar para pagar los estudios de sus hijos. Este pobre diablo sudó y se cansó a lo bestia para que cada uno de ustedes tuviera su primer carro”.

   Don José enrollando los billetes se los aventó: “toma tu …inche dinero y que te aproveche k_on”.

  Fíjensenn que cuando don José me platicó todo su rollo, no pude menos que pensar en los miles de padres que sacrificándose a sí mismos lo dan todo y se sacrifican hasta lo indecible por sus hijos, a cambio muchas veces reciben de parte de ellos, críticas, malos tratos, desprecios y, para colmo, en no pocas ocasiones, se avergüenzan de ellos, porque desde su punto de vista, sus padres son unos fracasados.

  Así que, mi cuate lector, si conoces a alguien así o te suena “parecido el caso”, por lo menos suéltales un trompetilla a esos _inches malagradecidos, pero en cambio a esos esforzados padres felicítenlos y díganles que no se agüiten, porque ese es precisamente “el gran éxito… de un pobre fracasado!”

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