Todo es cuestión de acostumbrarse, pero nadie en el bosque podia lograr tal cosa con el terible hedor que expedia nuestro pequeño amigo Koala.
Todo es cuestión de acostumbrarse, pero nadie en el bosque podía lograr tal cosa con el terrible hedor que expedía nuestro pequeño amigo Koala. El agua y el jabón le aterrorizaban tanto y nadie, hasta ahora, podía convencerle de la necesidad de andar limpio por el mundo.
Tanta era su suciedad que tanto en su casa como en el colegio, todos lo rechazaban con un gesto de asco. Desengañado de todo, el pequeño Koala se subía a los árboles más altos, deseoso de encontrar un rincón tranquilo y pacífico.
Pero sus intentos eran en vano pues de vez en cuando se encontraba en ellos con algún pájaro muy aseado que, horrorizado, solía arrojarle de sus dominios a puros picotazos. La vida llegó a convertirse tan ingrata para Koala que no tuvo más remedio que enfrentarse a su problema y buscarle una solución.
“Vamos a ver -se dijo-. ¿No es preferible pasar un mal rato en la regadera por las mañanas y después poder disfrutar de una vida normal durante el resto del día, a seguir en estas tristes condiciones?”.
Koala llegó a la conclusión correcta y, armándose de valor, se metió en la tina llena de agua y jabón. Bien limpio y perfumado, Koala salió a la calle asombrando a todo aquel que lo miraba pasar. Familiares, amigos y compañeros le recibieron en la comunidad con los brazos abiertos.
Al cabo de unas semanas, Koala encontró hasta agradable poder lavarse con agua y jabón, por tal motivo decidió seguir haciéndolo. Amigos, existen cosas muy fáciles de cambiar pero a veces por flojera y falta de estímulo no lo hacemos aún a sabiendas que puede traer a nuestra vida cosas muy buenas y positivas.
Moraleja:
¡A veces, cambios debes hacer si feliz en la vida quieres ser!
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