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El Misterio de los ataúdes colgantes de Longhu

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Al sur de China, se encuentra la montaña de Longhu. En sus alrededores hay decenas de cuevas y dentro de ellas, cientos de féretros que inexplicablemente cuelgan del techo…

Uno de los muchos enigmas arqueológicos que tiene China son sin duda los ataúdes colgantes de la montaña sagrada taoísta en Longhu. Estos no fueron descubiertos hasta los años 70, cuando  las puertas de madera que sellaban las cavernas cedieron por el paso de los años y permitieron la entrada a las criptas naturales.

 Hay cientos de ataúdes de este tipo en toda China, pero sobre todo en el sur del país, donde muchos antiguos pueblos que vivían en la zona (tanto chinos de la mayoría Han como de otras etnias) y tal parece que en la antigüedad, los moradores del lugar optaron por enterrar “en el aire” a los jefes de sus tribus… Pero ¿cómo lo hicieron?

  Hay diferentes teorías, una de ellas dice que los antiguos creían que si enterraban al fallecido lo más alto posible, estaba así más cerca del cielo y podían subir rápidamente al paraíso, protegiendo de esta forma a sus familiares y dándoles buena suerte. Sin embargo, otra teoría afirma que la razón es más práctica que religiosa, ya que algunas tribus consideraban que, en el húmedo sur de China, que es propenso a inundaciones y deslizamientos de tierra, colgar ataúdes era la forma más segura de que los muertos descansaran en paz.

 ¿CÓMO LOS SUBÍAN?
   La mayoría de estos ataúdes se encuentran en cuevas situadas en escarpados acantilados fluviales o marítimos, lo que plantea otro problema: ¿cómo pudieron los antiguos chinos subir y colgar en lugares tan inaccesibles féretros de hasta 1000 lbs de peso? Si aun los lugareños de la zona difícilmente hubieran podido subir solos y sin carga a esas cuevas…

  Como no se encontraron respuestas, empezaron a surgir teorías, pero sobre todo leyendas, y una de las leyendas más difundidas es que en la cuevas había encerrados “libros divinos sin palabras” y llevando a cabo un ritual ceremonioso y pronunciando aquellas palabras mágicas, los ataúdes flotaban hasta llegar a ocupar su lugar.

  Por supuesto, como leyenda es una buena explicación, pero desde el punto de vista científico no puede ser, sin embargo ni los mismos expertos han podido resolver tan asombroso enigma”, pero lo que sí saben es que los ataúdes colgantes son de casi todas las épocas históricas, desde el período de la Primavera y el Otoño (siglo VII a.C) hasta la reciente República de China (1911-1949).

  Los ataúdes colgantes de la China no son los únicos también en las Filipinas los hay (los de las cuevas de Sagada), aunque mientras los filipinos aparecen apilados en grandes cantidades, apoyados en paredes de las cavernas, los chinos suelen estar más aislados y se sostienen mediante estacas o cuerdas.

 Según los arqueólogos los más de 200 féretros colgantes que se hallaron en la montaña taoísta tienen forma de casa antigua o de barco, y están confeccionados con maderas toscas y fueron llevados allí por miembros de la etnia Baiyue.

       LOS MÁS RECIENTES HALLAZGOS
  En marzo de 2003, expertos chinos descubrieron en la provincia central china de Guizhou más de mil ataúdes en una sima sepulcral, colgados a diferentes alturas que seguían un orden genealógico, con las generaciones más antiguas encima y las más jóvenes debajo.

 Se trataba de la mayor concentración de ataúdes colgantes de toda China, superando a los 300 hallados en Gongxian (provincia de Sichuan), pertenecientes a la enigmática etnia de los Bo.

  Muchas han sido las teorías respecto a estos enigmáticos féretros colgantes y mientras no haya una respuesta lógica, estos seguirán formando parte de los tantos Enigmas y Misterios que aún la humanidad tiene por entender.

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