Muchas mujeres se quejan de no encontrar esa otra mitad y cuando la encuentran resultan ser hombres autoritarios, infantiles, poco solidarios, con grandes dificultades para vivir sus afectos y…
Muchas mujeres se quejan de no encontrar esa otra mitad y cuando la encuentran resultan ser hombres autoritarios, infantiles, poco solidarios, con grandes dificultades para vivir sus afectos y el romanticismo.
Las relaciones mantienen una tensión constante que muchas veces se confunde con una relación difícil, donde la mujer busca incesantemente un compromiso afectivo y el hombre huye por miedo de ser apresado.
Los hombres perseveran a cualquier precio para ser un gran Don Juan, que conquistará a todas las mujeres posibles, pero que no se compromete con ninguna de ellas, mucho menos consigo mismo.
Sólo interesa el conocimiento de las necesidades femeninas, para conquistarlas y satisfacerlas temporalmente, sin preocuparse en las necesidades más profundas.
Viven relaciones superficiales y mantienen el estereotipo de buenos amantes en la cama, devoradores de mujeres, además de que trabajan para tener éxito, poder y ganar mucho dinero.
Sólo los hombres que viven en este universo infantil entienden el mundo así, son machistas y como los cazadores desfilan con sus mujeres- trofeos para asegurar sus frágiles egos e inmaduros huyen del miedo de ser aprisionados o comidos por las mujeres con las que se relacionan.
El éxito es la saga de sus vidas, para ser admirados y deseados a cualquier costo, idealizan la vida de los poderosos.
Lesionados por el condicionamiento cultural al que fueron sometidos, los hombres no cuestionan lo que les fue robado:
La posibilidad de expresar su lado afectivo, dificultando las relaciones hombre- mujer, por tanto, se produce un gran vacío, un agujero en las relaciones que mantiene una insatisfacción constante, declarada por todas las mujeres que viven con estos hombres; cuando ellas se cansan y se van, ellos no saben cómo superar la pérdida, fragilizados caen en el descontrol, beben, se drogan, se alienan o se tornan violentos. El fracaso, la pérdida… no soportan tanta debilidad.
Las mujeres actualmente empiezan a asustar a estos hombres. Son inteligentes, desafían, cuestionan, ponen en duda las verdades que los mantienen seguros.
A pesar de estos cambios, el hombre todavía busca encontrar la mujer ideal que realizará el papel de su madre e incluso la sustituirá. Por otro lado, en los deseos y sueños más profundos, las mujeres sueñan con el hombre ideal para formar una pareja y tener hijos.
Se precisa una democracia individual y existencial para el nacimiento del nuevo hombre. Rediscutiendo la familia y el trabajo, para que pueda ser más solidario, más compañero, más afectivo, más cómplice, más íntimo.
Precisamos una estrategia pacifista, para que se pueda parar y sentir lo que carga en el pecho. Las mujeres pueden ayudar ya que son responsables del desarrollo en la infancia de estos “machos”, y por tener más “juego de cintura” existencial.
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine