El ornitorrinco es un mamífero semi-acuático de aspecto parecido al del topo, que vive en los rios.
El ornitorrinco es un mamífero semi-acuático de aspecto parecido al del topo, que vive en los ríos de Australia y Tasmania. Mide aproximadamente 50 cm de largo.
Es uno de los animales más raros y curiosos, pues se trata de un mamífero que pone huevos de cáscara flexible y tiene pico como las aves. Su andar es como el de un reptil y tiene la cola plana, algo escamosa, parecida a la de un castor. Su cuerpo está cubierto de una piel gris oscura, con pelo fino y tupido.
Las patas son cortas y armadas de fuertes uñas que le sirven para sus trabajos de zarpa y entre los dedos tiene membranas que le facilitan la natación. Con estas características es casi imposible no reconocer al ornitorrinco.
Son animales torpes y pesados en tierra, pero se mueven con agilidad en el agua de los ríos donde viven, saliendo al oscurecer para hozar y picotear el fondo legamoso, en busca de larvas, moluscos y pequeños peces que constituyen su alimentación.
Animales huraños y retraídos, construyen galerías subterráneas cuya entrada, da a la margen del río a nivel inferior al del agua, para entrar y salir sin ser vistos por los enemigos. Estas galerías terminan en una cámara abovedada que les sirve de nido, acondicionado confortablemente con hojarasca, palos, etc., y con respiraderos por donde se renueva el aire.
En estos nidos la familia pasa el día, saliendo al atardecer en busca de sus alimentos. Allí ponen los huevos, generalmente dos por año, que incuban cuidadosamente. Cuando nace los pequeños se alimentan lamiendo los pelos del vientre de la madre, por donde fluye la secreción de las glándulas mamarias. Al acabar la lactancia pierden sus rudimentarios dientes, transformándose sus mandíbulas en el pico córneo que guardarán para toda la vida.
Son animales de sangre más fría que la de los mamíferos, lo que explica sus costumbres similares a las de los reptiles. Son perezosos y en las épocas de sequías de los ríos australianos pasan largas temporadas aletargados. Fueron objeto de activa caza, lo que unido a su escasa capacidad de reproducción motivó que corrieran peligro de extinguirse por lo que el gobierno australiano dictó medidas para su conservación.
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