Si usted es de los que gusta viajar mucho probablemente sepa de sobra que si desea entrar a determinado país sin ningún problema necesitará llevar consigo su pasaporte… Pero sabe ¿dónde y cuándo se
Si usted es de los que gusta viajar mucho probablemente sepa de sobra que si desea entrar a determinado país sin ningún problema necesitará llevar consigo su pasaporte… Pero sabe ¿dónde y cuándo se comenzó a usar éste que hoy es un documento oficial?
El origen del pasaporte se remonta a miles de años atrás. Se sabe que en la antigüedad eran poquísimas las personas que emprendían viajes de un reino a otro, sólo eran los comerciantes y emisarios reales que viajaban llevaban como recomendación distintos objetos de sus gobernantes. Esos objetos a veces tenían formas inusitadas. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, a los correos oficiales se les daba un cartucho -un pequeño escudo oblongo- sobre el cual se inscribía el nombre del faraón. En Medio Oriente, los gobernantes daban a sus emisarios un anillo con el sello oficial. Los emperadores romanos se acercaron más al equivalente del pasaporte moderno, ya que entre-gaban salvoconductos para todo el Imperio y territorios extranjeros.
En la Europa medieval, los pasaportes tenían la forma de cartas personales que un individuo con cierta autoridad daba al viajero. Las cartas manuscritas servían tanto de medio de identificación como de protección personal. En aquellos tiempos, los viajeros de pocos recursos se enfrentaban a muchos peligros, entre ellos la posibilidad de ser expulsados de una población por vagancia. Como protección, los peregrinos que iban a los santuarios religiosos de Europa llevaban un pasaporte llamado testimoniale, emitido por las autoridades eclesiásticas.
Aunque las cartas de gobernantes y funcionarios de alta categoría fueron la forma principal de los pasaportes durante siglos, como no había fronteras inexpugnables ni controles fronterizos eficientes, muchos viajaban sin documentación. En 1890, sólo unos cuantos países -entre ellos Persia, Rumania, Rusia y Servia- exigían pasaporte a los extranjeros que querían cruzar sus fronteras, casi ningún país exigía a sus nacionales documentos apropiados para viajar al exterior. En Estados Unidos, en los albores de la Independencia, las autoridades locales o los notarios emitían pasaportes, pero debido a la renuencia de los países extranjeros para aceptarlos, en 1856 el gobierno limitó la emisión de pasaportes a la Secretaría de Estado. Hasta 1918, los extranjeros podían entrar en Estados Unidos sin pasaporte.
El número de países que emitían pasaportes, y que se los exigían a los visitantes, aumentó a partir de la Primera Guerra Mundial. El pasaporte llegó a ser un documento estatal reconocido, que certificaba tanto la ciudadanía como la identidad del portador. Para controlar la inmigración, algunos países exigían que los pasaportes fueran respaldados también por visas de entrada. El pasaporte ha llegado a ser universal. Con el tiempo, podría ser sustituido por una tarjeta de plástico que leería una computadora. Pero sin importar su forma, el pasaporte moderno tiene todavía la misma fuerza que los preciosos anillos oficiales y los cartuchos de otros tiempos.
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