Nueva York, 25 abr (EFEUSA).- Las autoridades sanitarias confirmaron en lo que va de año 695 casos de sarampión, una cifra récord desde que el país declaró la enfermedad erradicada en el año 2000, según las autoridades federales.
Hasta ahora, 2014 era con 667 casos el peor año para el sarampión en lo que va de siglo, pero 2019 ya ha superado ese número antes de terminar abril.
Tras los últimos contagios confirmados esta semana en Nueva York, el último recuento total en el país ascendía a 695 casos, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) de Estados Unidos.
La institución, que ofrece cifras completas cada lunes, había informado al comienzo de esta semana de un total de 626 casos en el país.
En total, 22 estados han registrado casos, pero el grueso se concentran en tres brotes: dos en el estado de Nueva York y otro en el estado de Washington.
En el caso de Nueva York, los dos brotes se concentran en comunidades judías ultraortodoxas, uno en el distrito de Brooklyn y otro en el condado de Rockland, a las afueras de la ciudad de los rascacielos.
Según los CDC, estos dos brotes figuran entre los mayores y más duraderos desde el año 2000 y, cuando más duren, más aumenta el riesgo de que el sarampión vuelva a tener una presencia permanente en Estados Unidos.
Expertos apuntan a que la enfermedad llegó a Nueva York a través de personas que se contagiaron en viajes a Israel, donde el sarampión ha estado avanzando desde el año pasado en comunidades ortodoxas.
Las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de vacunar a todos los niños contra la enfermedad y denuncian el papel que está teniendo en el brote que se vive en Nueva York la desinformación sobre supuestos riesgos de las vacunas.
“Algunas organizaciones están dirigiéndose deliberadamente a estas comunidades con información errónea y engañosa sobre las vacunas”, señalaron los CDC en un comunicado.
Entre las comunidades ultraortodoxas de Brooklyn existe un debate entre quienes defienden las inoculaciones y quienes las deploran, basándose en algunos casos en una publicación antivacunas según la cual estas contienen “ADN de mono, rata y cerdo”, están fabricadas con células de fetos humanos abortados y generan autismo.
Mientras, los rabinos han llamado a toda la población a vacunarse e insisten en que no hay ninguna cuestión religiosa que se oponga a ello.
La situación ha llevado al Ayuntamiento de Nueva York a declarar este mes una “emergencia pública de salud” por la epidemia que se vive en parte del barrio de Williamsburg, la zona de Brooklyn donde se concentran las comunidades judías ultraortodoxas.
Como parte de dicha medida extraordinaria, los habitantes sin vacunar contra la enfermedad en ese área tienen que inmunizarse para “proteger al resto de la comunidad y ayudar a reducir la epidemia”.
Las inyecciones son obligatorias y miembros del Departamento de Sanidad y Salud Mental revisan las cartillas de vacunación de cualquier individuo que haya estado en contacto con pacientes infectados y, en caso de no estar inmunizado, puede enfrentarse a multas de hasta 1.000 dólares.
Hace una semana, un juez rechazó una demanda presentada por un grupo de padres contra esa orden.
En el condado de Rockland, mientras, las autoridades han prohibido a cualquier persona contagiada o expuesta a la enfermedad estar en espacios públicos por un periodo de hasta 21 días.
Además, han decretado que los niños no vacunados no podrán asistir a la escuela a menos que cuenten con una exención de tipo médico o religioso.
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