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“Yo estoy aquí porque tengo que demostrarles a mis padres que soy su hija y que no me educaron para aceptar los insultos de un hombre “. Son palabras de Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), congresista de Nueva York. Tras la agresión que sufriera por el congresista republicano Ted Yoho de Florida.
En su discurso, que duró unos diez minutos, Ocasio hace un alegato contra la cultura de la violencia contra las mujeres, la impunidad y las estructuras de poder que la mantiene.
La propia AOC dijo explícitamente en la Cámara de Representante que Yoho se refirió a ella como “fucking bitch”, expresión extremadamente insultante y sexista. Que lamentablemente aún en pleno siglo XXI esta agresión no solo es “algo ocasional” es “cultural”, es aceptada por una sociedad que gusta de denigrar a las mujeres.
Por desgracia muchas mujeres reciben este tipo de agresión desde pequeñas, sumergiendo sus vidas en el terror y baja autoestima.
El discurso que diera AOC ante este ataque sexista es un alto a la violencia en contra de las mujeres porque lo que hizo el republicano Yoho fue darles permiso a otros hombres para que usen ese mismo lenguaje en contra de sus hijas, esposas, hermanas, madres. ¡Esto es algo que tiene que parar ya!,
¡Llevemos la fiesta en paz!
Tratar de denigrar a las mujeres y hacerlas sentir inferiores por temor a “según” perder el poder que ejercen, es cosa del pasado.
Respeto y dignidad eso es lo que se exige, eso te hace un hombre ejemplar.
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