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Felices Fiestas Patrias

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La idea de la Independencia era el plato fuerte de las reuniones de los intelectuales a inicios del siglo diecinueve. Luego de la victoria militar de las trece colonias inglesas de Norteamérica,

 México y las Repúblicas de Centroamérica Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Honduras y Nicaragua, celebran su Independencia

 

 La idea de la Independencia era el plato fuerte de las reuniones de los intelectuales a inicios del siglo diecinueve. Luego de la victoria militar de las trece colonias inglesas de Norteamérica, a finales del siglo XVIII y la separación de la parte francesa de Isla de Santo Domingo, en el Mar Cribe, se había sentado un precedente; España tenía tantos problemas con las otras naciones europeas, que inevitablemente en el nuevo continente el liderazgo español se desquebrajaba, se venía abajo.

 Eso, aunado a la mala administración y al mal trato que daban los peninsulares a los nativos de América e incluso a los hijos de españoles pero nacidos en estas tierras, a los que por ser criollos despreciaban, todo ello era un excelente caldo de cultivo para que en distintas partes de América se produjeran levantamientos armados, como el cura Miguel Hidalgo, en México, el levantamiento de Santa Fe, en Colombia, al mando del libertador Simón Bolívar y el Virreinato de Río de la Plata, dirigido por un antiguo funcionario español, José San Martín.

 Los años de lucha armada del pueblo mexicano que se inició la madrugada del 16 de Septiembre de 1810, cuando el cura don Miguel Hidalgo y Costilla con el repiqueteo de campanas de la iglesia en Dolores, más que llamar a misa, llamó al pueblo a buscar su Independencia, sirvieron de inspiración para que toda la región que hoy conocemos como Centroamérica también buscase su liberación del yugo español.

 Por eso a principios del siglo XIX, se producen los brotes preliminares que desembocaron en los acontecimientos del 15 de septiembre de 1821; la insurrección de San Salvador, en 1811; las dos insurrecciones de Nicaragua en León y Granada del mismo año: la conspiración de Belén en Guatemala en 1813; y el nuevo movimiento de San Salvador en 1814.

 Pero en Guatemala la cosa era aún más seria. El convento de Belén fue el lugar escogido, para la realización de una serie de reuniones “secretas y conspirativas” que llevaron a la encarcelación de algunos de sus asistentes, entre ellas la del Padre Tomás Ruiz, un indio chinandegano que apoyaba las sublevaciones indígenas en Guatemala.   

SUEÑO REALIZADO

 El 15 de Septiembre de 1821, día de la firma del Acta de Independencia se reunieron en la ciudad de Guatemala, diferentes y notables personalidades de la Capitanía General de Guatemala: representantes del Gobierno Central español, del Ayuntamiento Local, Superiores de las diferentes órdenes religiosas, el arzobispo de Guatemala. El tema a discutirse era la Independencia.  

 En ese momento las discusiones giraron en torno al momento en que debían independizarse. José Cecilio del Valle, uno de los principales promotores de la independencia, y quien fuera comisionado para redactar el Acta de Independencia, era un hondureño que sentía debilidad por el periodismo y publicaba en el periódico “El Amigo del Pueblo”, estaba de acuerdo con la independencia pero proponía una consulta con el resto de provincias, debido a que en las reuniones únicamente estaba la representación de Guatemala. 

 Miguel Larreynaga, considerado como figura intelectual más destacada de la provincia de Nicaragua, era asiduo visitante de las tertulias secretas. Bisnieto de un mulato condenado a muerte por rebelarse a los españoles e hijo de un español pobre, Larreynaga tenía pocas oportunidades de estudiar, tomando en cuenta que quedó huérfano muy pequeño. Sin embargo, este leonés llegó a obtener el grado de Bachiller en Artes, Derecho Civil y Derecho Canónico en Guatemala. Además obtuvo una licenciatura en Medicina Forense. 

 Luego de varias discusiones se acordó la redacción del Acta de Independencia que sería firmada por los asistentes y enviada a las otras provincias para su aprobación. Era la primer acta que, según los ideales de ese entonces, pondría fin a tres siglos de dominación española. 

  Así inicia una nueva etapa de la vida independiente de las provincias, aunque desde un punto de vista objetiva, cada una de las actuales Repúblicas de Centroamérica, en aquella ocasión no se alcanzó de manera definitiva la forma política que hoy representa. 

 Inmediatamente después de proclamada la Independencia de España, Centroamérica formó parte del Imperio Mexicano Iturbide (Enero, 1822 – Marzo,1823) que fue un período caótico y de gran confusión. Luego, al derrumbarse el imperio, se constituyeron en nación soberana bajo el nombre de Provincias Unidas de Centroamérica y se convocó a una Asamblea Constituyente, cuyo primer decreto del 1º de julio de 1823 fue proclamar de nuevo la independencia de España, al igual que México. 

 Tal asamblea promulgó la Constitución Política de la llamada República Federal de Centroamérica, misma que dejó de existir en 1838 al romperse el Pacto Federal y constituirse cada república en un Estado Independiente.

  Podemos concluir que los hechos que desembocaron en la proclamación de nuestra Independencia y el esfuerzo de las personas que la hicieron posible, así como los esfuerzos posteriores para conseguir la unidad de la región, nos presenta una continuidad histórica y los fundamentos sólidos que han tenido los intentos de la unidad, que hoy llamada integración. Todo esto nos invita a reflexionar sobre el presente y el futuro de Centroamérica, que a pesar de sus diferencias, merece y puede lograr un papel mucho más importante en el concierto de las naciones.

 Por toda esa riqueza cultural e histórica, a todo el pueblo de México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Nicaragua le decimos… ¡Feliz Día de la Independencia!!!

 

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