Amiga lectora, otra vez juntas como cada semana en esta su sección de Belleza e Imagen. Y como siempre brindándoles prácticos y útiles consejos para realzar su atractivo. Dicen que uno de los grandes
Amiga lectora, otra vez juntas como cada semana en esta su sección de Belleza e Imagen. Y como siempre brindándoles prácticos y útiles consejos para realzar su atractivo. Dicen que uno de los grandes mitos del mundo de la belleza es el de la llamada “piel sensible”. Según los expertos, que con la ayuda de la ciencia desenredan la madeja de verdades (y no tan verdades) sobre el cuidado de la piel, “un gran porcentaje de las mujeres que afirman tener un cutis sensible, ¡no lo tienen!. Y es posible que durante años, muchas de nosotras -quizás para demostrar así que éramos seres frágiles, distintas y bastante especiales- confundiéramos una sencilla reacción alérgica y una irritación pasajera con lo que es un problema que debe ser tratado correctamente: la piel sensible.
La verdadera piel sensible (o sensitiva) actúa en forma distinta a otros tipos de piel todo el tiempo y como reacciona no sólo con irritaciones y rojeces, sino también con dolor y envejecimiento prematuro, hay que cuidarla usando productos especializados tanto para calmarla como para cambiarla. Este es el reto que recibieron los científicos para crear una línea de productos de alta tecnología, libres de alcohol, perfume y colorantes -por lo que crearon Verité, que son a prueba de alergias- y experimentados extensamente por dermatólogos que la califican como “un tratamiento verdaderamente revolucionario para cambiar la piel sensible y hacer que actúe como si fuera una piel normal”.
Durante muchos años se creía que, si se tenía piel sensible, no se podía hacer mucho para cambiarla y que bastaba con “calmarla” cuando se irritaba o enrojecía. Pero ahora los beneficios de sus investigaciones científicas es posible restaurar la barrera protectora de la piel sensible -la que al debilitarse deja la piel vulnerable a frecuentes irritaciones- y de esa manera aumentar defensas, para que pueda protegerse de todo lo que la ataca y actuar como si fuera una piel normal.
MITOS Y VERDADES QUE DEBEMOS SABER.
La piel sensible es un problema no sólo porque se enrojece o se irrita, sino porque al tener una barrera protectora debilitada, incapaz de defenderla de los daños del ambiente y otras influencias externas, envejece con mayor rapidez que otros tipos de piel. Cuando los agentes irritantes la atacan, reacciona exteriormente poniéndose roja, seca, áspera e irritada; pero el verdadero daño invisible e irreversible ocurre dentro de sus capas, más allá de la superficie, cuando los radicales libres comienzan su labor de envejecimiento, creando arrugas prematuras, líneas y pérdida de firmeza. “La piel sensible sufre un efecto parecido al de las fichas de dominó que, cuando cae una, las demás comienzan a caer, pues cada vez que la piel se irrita, la barrera lipídica que la protege se debilita más y más”, nos explica el Dr. Daniel Maes, vicepresidente de Investigaciones y Desarrollo de Estée Lauder. “Y como esa barrera lipídica también sirve para atrapar la humedad del cutis y para defenderla contra los efectos del frío, del calor y de elementos que causan alergias, cuando se daña es terrible, porque la piel pierde su equilibrio, deja de producir los lípidos y las proteínas que necesita, y es un desastroso círculo vicioso. Y es irónico notar que, aunque esa piel sensible necesita urgentemente los beneficios restaurativos que tienen hoy en día la mayoría de los productos de belleza, hasta ahora no había habido mucho de ellos que se los brindaran sin causar más irritaciones y más problemas aún.
Hasta la próxima semana! les dice su amiga y consejera en Belleza, Alimentación e Imagen, L. D. C. No sin antes recordarles que si tiene alguna pregunta sobre cuidado de la piel, llame al (323) 771-0082 ó visíteme en 7712 State Ave. en la ciudad de Hungtington Park.
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