La Policía Nacional de Castellón, España, detuvo a dos hombres, de 19 y 30 años, como presuntos autores de delitos de estafa al hacer creer a sus victimas que podian multiplicar los billetes mediante
La Policía Nacional de Castellón, España, detuvo
a dos hombres, de 19 y 30 años, como presuntos
autores de delitos de estafa al hacer creer a sus
víctimas que podían multiplicar los billetes mediante
un procedimiento químico …esto si tiene
que Leerlo para poder Creerlo!
Los dos individuos, originarios de Valencia, fueron
detenidos mientras estaban timando a una de
las víctimas que denunció los hechos.
El método utilizado por los detenidos para captar
“clientes”, consistía en localizar a través de internet
a personas interesadas en la venta o traspaso
de negocios o coches, simulando estar interesados
en su adquisición.
Tras contactar telefónicamente con las víctimas
y ver el local o el bien que pretendían adquirir,
quedaban en un hotel para cerrar el negocio.
Una vez allí, decían no disponer de efectivo su-
ficiente, y convencían a la víctima de que les dejaran
billetes para multiplicarlos con unos papeles
y unos productos químicos, haciendo delante
del mismo una demostración con un billete de 50
euros (unos 68 dólares).
A este billete le adjuntaban un papel blanco por
cada cara y, tras tratarlos con unos reactivos químicos,
lo envolvían en papel de aluminio y extraían
tres billetes, que afirmaban eran de curso legal y se
lo ofrecían a la víctima para que lo comprobase.
En realidad cambiaban el billete falso por uno legal
en algún momento en el que la víctima no se
daba cuenta, por lo que ésta no tenía ningún problema
a la hora de comprobar la legalidad de los
mismos en algún establecimiento o banco.
Una vez que la víctima comprobaba la legalidad
de los billetes “supuestamente falsos”, contactaban
de nuevo para que les proporcionase una gran
cantidad de billetes para multiplicarlos.
Al volver al hotel, se procedía a empaquetar el
dinero billete a billete entre dos papeles en blanco
cada uno y se trataban con los productos químicos
en la bañera de la habitación.
Más tarde entraban de nuevo en el baño y desempaquetan
el envoltorio, que sólo contenía papel negro.
Los estafadores afirmaban que había salido mal el
trabajo, por lo que tenían que salir por más productos
químicos y mientras la víctima se quedaba
en la habitación. Al no volver los “timadores”, la
víctima vio que había sido todo un engaño, perdiendo
el dinero entregado y a los posibles clientes
que le iban a adquirir su producto en venta.
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