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Hemorragia de Trump

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En el debate del domingo pasado, los dos candidatos mostraron sus “mejores” argumentos para ser considerados por el electorado nacional como aptos a la Presidencia.

A Hillary Clinton le correspondía no “pisar el palito” y caer en un tormentoso abismo.  A Donald Trump, por su parte, le atañía parar la hemorragia que le había causado el fatídico video de Access Hollywood.

Hillary no piso el palito, no mordió el anzuelo que le había preparado Stephen Bannon, director de la campaña de Trump y ex jefe la agencia Breitbart News,  quien, a pocos minutos del inicio del debate, agrupó a cuatro mujeres en una conferencia de prensa totalmente surreal.

Las cuatro alegaron que, en el pasado, fueron abusadas sexualmente por el esposo de Hillary Clinton; y que la candidata de los demócratas había utilizado su poder político para acallarlas y humillarlas.

El plan de Bannon, conocido por sus inclinaciones intolerantes y extremistas, no logró el resultado esperado. Durante el debate, Hillary Clinton se mostró serena, muy cauta y hasta cierto punto calculadora. No fue la misma persona del primer debate, en donde fue visible apreciar su emotividad, su astucia y sapiencia de las debilidades de su enemigo.

Por su parte, Donald Trump necesitaba de una victoria clara, contundente y humillante.

Inicialmente, era imperioso parar la hemorragia que le había causado el vídeo de Access Hollywood, en el cual se le escucha decir vulgaridades de las mujeres. El vídeo hace notar que Trump es un cobarde predador sexual, que utiliza su poder económico para humillar a las mujeres sexualmente.

El montaje que había preparado Bannon le sirvió para cauterizar la herida, tal como sucede cuando aplicamos una dosis de alcohol sobre una cortadura. Duele mucho pero para la sangre momentáneamente.

Luego, en el debate, Trump fue de menos a más.  Se mostró inestable, defensivo e inseguro a raíz del vídeo. Pasado unos 30 minutos, se recompuso, fue más incisivo en su crítica contra su contrincante en torno a las políticas de comercio, el problema de Siria y el programa de salud Obama care.

Se le escuchó decir que Hillary Clinton va a continuar con la firma de los tratados de libre comercio y va a abrir uno con la región asiática, el cual nuevamente afectará la producción nacional y los trabajos en las industrias estadounidenses.

 Empero, cometió errores imperdonables en su afán de atacarla, “si fuera presidente”, dijo, “estaría ordenando al fiscal del gobierno que abriera un proceso penal contra Hillary Clinton”.  En un momento crítico del debate, manifestó que la estaría enviando a la cárcel.

Con esas palabras sólo hizo apreciar, ante más de 80 millones de televidentes, sus tendencias autoritarias y sus ambiciones de convertirse en un siniestro personaje como Hitler en Alemania y Pinochet en Chile.

 Así, Trump apenas pudo ponerle un curita a la tremenda herida que le ocasionó el vídeo de Access Hollywood. En cualquier momento el pedazo de tela adhesiva cede a la presión del torrente de sangre que fluye al interior de su cuerpo… La hemorragia de Trump continuará hasta más allá de las elecciones.  El pueblo sabe que es un pervertido sexual, una abusador y explotador de mujeres, un corrupto, racista y evasor de impuestos.  Su hemorragia lo llevará a la silla de los acusados…  La justicia lo espera.

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