AFP
Se trata de una parafilia o desviación sexual, que por lo general se presenta en mujeres que fueron maltratadas o abusadas en su infancia. Aquí el caso de una sueca enamorada de un asesino…
El amor de Victoria por el noruego Anders Behring Breivik no tiene límites y poco le importa que “el hombre de su vida” sea un criminal que purga una pena de 21 años de cárcel por el asesinato de 77 personas.
“Realmente no me gustaría vivir mi vida sin él”, dice Victoria, seudónimo de esta joven sueca de unos 20 años de edad, que habla con una voz trémula de su “querido Anders”.
Al igual que otros criminales célebres, Breivik, autor de la peor matanza cometida en Noruega desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, tiene una legión de admiradoras.
Este fenómeno de admiración acompañado de sentimientos amorosos y deseos sexuales se denomina hibristofilia, atracción por mantener relaciones sexuales con personas peligrosas.
Oriunda de una pequeña ciudad sueca, la joven desarrolla una intensa actividad para que se atenúen las condiciones de detención de Breivik, condenado a una pena de 21 años de cárcel que puede ser prolongada indefinidamente.
Breivik, un fanático de extrema derecha, permanece aislado desde el 22 de julio de 2011, día en que mató a 77 personas, primero con un atentado con coche bomba en el barrio de los ministerios de Oslo y luego disparando a mansalva en un campamento de jóvenes socialistas en la isla de Utoya.
Anders está sometido a un régimen penitenciario que es una verdadera “tortura”, afirma la joven sueca.
“Ahora que está en una situación vulnerable me siento más apegada a él”, dice Victoria, una joven desocupada y de frágil salud, que ya le escribió más de 150 cartas y le hizo algunos regalos, entre ellos la corbata azul que Breivik lució durante el juicio.
Breivik le escribió muchas cartas, pero la administración penitenciaria sólo permitió el envío de dos, que la AFP pudo ver, dice Victoria.
Victoria busca las palabras para describir su relación con Breivik, al cual nunca vio porque todos sus pedidos de visita fueron rechazados.
Lo describe como “un viejo amigo” y una “figura fraterna” protectora y, cuando se le pregunta si es atractivo, Victoria responde que sí espontáneamente, sin dudar un solo instante.
Se conocían de antes
Victoria afirma que lo conoció en 2007 a través de los juegos en línea en internet, pero que dos años después Anders cortó el contacto.
Ella decidió volver a contactarlo en 2012, sin importarle que Breivik se hubiera convertido entre tanto en el hombre más odiado de Noruega.
Victoria no es la única admiradora del célebre asesino.
El semanario Morgenbladet informó el año pasado que Breivik recibía “al menos” 800 cartas por año, muchas de ellas de mujeres que lo admiran.
En 2012 se supo que una adolescente de 16 años le había pedido que contrajera matrimonio con ella.
El término de raíz griega ‘hibristofilia’ designa la atracción sexual por las personas peligrosas o criminales.
Esa parafilia (desviación sexual) lleva a que muchos criminales célebres reciban en prisión una abundante correspondencia con fogosas declaraciones de amor y muchas veces sobres con lencería de sus admiradoras.
No se trata de un fenómeno nuevo. A comienzos del siglo XX, el feminicida Henri Désiré Landru recibió unos 800 pedidos de matrimonio antes de ser guillotinado.
El austríaco Josef Fritzl, que secuestró y violó a su hija durante 25 años, y el norteamericano Charles Manson, que ordenó el asesinato de la actriz Sharon Tate, esposa del cineasta Roman Polanski, y seis personas más, tienen su lote de fanáticas admiradoras.
Según la estadounidense Sheila Isenberg, autora de “Women Who Love Men Who Kill” (Mujeres que aman a hombres que matan), basado en una treintena de entrevistas, esas admiradoras son a menudo mujeres que en la infancia fueron maltratadas o sufrieron abusos sexuales.
Este fenómeno, explica Isenberg, “le da a una mujer la posibilidad de estar al mando (el hombre encarcelado de por vida no controla nada), cuando antes era víctima de abusos de su padre o de otros hombres”.
“Se trata de un romance con R mayúscula: excitante, palpitante, con montañas rusas sin fin”, explica la escritora.
Lo quieren como es
Según Amanda Vicary, profesora adjunta de psicología en la Universidad de Illinois, ninguna investigación científica verifica la hipótesis de una vocación tendiente a redimir al asesino.
“Algunas mujeres tienden a ser atraídas por hombres famosos”, dice Vicary. “Puede ser que la razón de su atracción por hombres culpables de cosas horribles no sea tanto por lo que hicieron sino por la fama que han ganado con sus actos”, agrega.
Victoria por su parte no quiere ser célebre. Además, su relación con Breivik la alejó de su hermana y de muchos de sus amigos.
Cuando su hermana se enteró de su relación con Breivik le escribió: “Para mí estás muerta”.
Victoria admite compartir “más o menos” la ideología antiislam de Breivik, pero dice que se opone a la violencia.
¿Cómo puede amar a un hombre que asesinó fríamente a decenas de adolescentes que le suplicaban que los dejara con vida?
“Supongo que tuve que separar a Anders de Breivik. Anders, mi viejo amigo, de Breivik, la persona que hizo todas esas cosas”, dice Victoria para explicar su pasión por el asesino más célebre de Noruega.
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