¿HIJO DISCAPACITADO?: CÓMO DEBEN PREPARARSE LOS PADRES PARA AFRONTARLO

Muchos niños que nacen con alguna discapacidad ya sea física o psicológica. Y esto a la mayoría de los padres preocupa porque no están preparado para enfrentar estos casos…

Miguel de 3 añitos, resultaba ser un niño muy inteligente para su edad; hacía todo con gran precisión y destreza que su maestra de preescolar pensó en hablar con sus padres para que lo trasladasen a una escuela que se adaptará a sus notables necesidades.

“Mi esposo y yo nos sorprendimos muchísimo. Si bien es cierto que habíamos notado que su vocabulario era aún mínimo, no le tomamos mucha importancia, sino que nos sentimos muy orgullosos de nuestro hijo”, afirma la madre de Miguel.

Mientras el pequeño demostraba una inteligencia avanzada para su edad, su vocabulario seguía escaso y lo que decía, poco o nada se entendía.

Poco después, sus padres y su maestra empezaron a notar que tampoco mantenían un contacto visual cuando se le hablaba. De repente, la concentración del niño era fija y se quedaba mirando hacia abajo.

INCERTIDUMBRE Y DESASOSIEGO

Empezaron los exámenes físicos, sicológicos y mentales. Después de descartar la posibilidad de un tumor cerebral o del mal de la epilepsia, se determinó el diagnóstico: Miguel era un niño autista.

“La primera reacción fue de tristeza, enojo y un dolor muy grande”, cuenta su madre quien, además, se sentía culpable. “Mi esposo y yo nos preguntábamos porqué nos estaba sucediendo. ¿Qué habíamos hecho para merecer tal castigo?”

De hecho, es muy importante afirmar que en muchos de los casos de los niños con problemas de adaptación, incluyendo el autismo, los padres no tienen culpa alguna de lo que les ocurre.

¿QUÉ DEBEN HACER LOS ADULTOS?

Al detectar un problema

Si los padres o la maestra de el niño/a detecta alguna constante dificultad en la lectura o escritura, por ejemplo: dificultad al procesar información, problemas en la percepción visual, o trabas orales. Se debe referir a ese niño inmediatamente a un sicólogo experto para que le realice una serie de exámenes.

Uno de estos exámenes consiste en evaluar la inteligencia. Se llama Escala Wechsler de Inteligencia para Niños (Wechsler Intelligence Scale for Children) mide la función intelectual, luego también, es necesario un examen académico y otros más exhaustivos que miden la memoria, el proceso auditivo, el visual, la recepción y expresión del lenguaje. Con el resultado de estos, se intenta determinar el problema y el programa de educación especial a seguir.

Los niños con autismo, distrofia muscular, dislexia o epilepsia pueden llegar a ser adultos perfectamente funcionales para la sociedad siempre y cuando se les proporcione la debida educación especial.

“Mientras más temprano se empiece un programa de aprendizaje especial para los niños incapacitados, más probabilidad hay de que el niño aprenda a sobrevivir en un mundo con personas sin incapacidades”, dice Magdalena al exhortar a los padres a que luchen por la educación de sus hijos incapacitados. “Después de sufrir el shock emocional y de asumir el dolor, hay que trabajar específicamente en darle atención a ese niño”.

En la mayoría de los casos, cuando el niño ya asiste a la escuela, son los maestros los que descubren el problema y se los comunican a la familia. Si este fuera su caso, como padre, lo primero que debe hacer es acudir con el director de la escuela para que el niño sea examinado académicamente.

Luego de los exámenes y las investigaciones, que de hecho pueden ser a veces tediosas y dolorosas para los padres, se determina el programa de educación especial que ese niño requerirá y es allí que los padres necesitan del IEP (Es un plan de acción que establece los objetivos educacionales para el niño y que debe ser otorgado por el distrito escolar).

ALTERNATIVA PRIVADA

También hay otra alternativa, la de escuelas privadas especiales, dedicadas a educar a niños incapacitados o con problemas de aprendizaje. Una de estas es la escuela Landmark West en California.