(EFE).- El inmigrante colombiano Sergio Vega hizo este martes una última súplica a la Administración del presidente Joe Biden para que otorgue una visa humanitaria a los padres de su esposa, Paula Durán, diagnosticada en California con cáncer terminal y a la que no le dan más de un mes de vida.
“Le suplico al presidente Biden que me ayude, que permita que mi esposa pase sus últimos días de vida tranquila junto a las personas que ama y que pueda despedirse de sus padres”, dijo Vega a EFE desde su casa en Concord, ciudad del norte de California.
Vega también ha pedido al presidente que permita a sus progenitores venir a Estados Unidos con una visa humanitaria para que le ayuden a afrontar la tragedia que se avecina. “Hay momentos que no sé qué hacer”, agregó el colombiano, de 35 años.
Vega ha tenido que vivir toda una pesadilla en las semanas recientes.
A mediados de noviembre Durán, que estaba embarazada de su tercer hijo, se sintió enferma. Inicialmente, la pareja pensó que los dolores eran debido al embarazo.
Sin embargo, el diagnóstico fue devastador: Durán, de sólo 27 años, fue diagnosticada con cáncer en etapa terminal. “Ya le operaron una parte de un tumor en la cabeza pero sigue creciendo”, cuenta Vega.
“Era una mujer llena de vida. Antes de esto no había tenido ningún problema de salud”, agrega desconsolado el inmigrante.
Tras el diagnóstico, los médicos indujeron el parto a las 34 semanas de embarazo y Durán dio a luz a su tercer hijo, Juan José Vega, a finales de noviembre. El niño se encuentra en buen estado de salud.
Por más de un mes los médicos trataron de encontrar una vía para salvar la vida a Durán, pero los esfuerzos han sido en vano.
Este lunes por la noche, la joven madre fue enviada a su casa para que pueda pasar los últimos momentos de vida al lado de sus hijas Luciana, de nueve años, y Julieta, de cuatro, y el bebé recién nacido.
Antes de salir del hospital y estando completamente lúcida, Durán grabó un mensaje al presidente Biden y a las autoridades de inmigración pidiendo que les permita viajar a sus padres y sus suegros.
En el emocional pedido, Durán le envía un saludo a la primera dama de EE.UU., Jill Biden, y la bendice.
La abogada de inmigración Jéssica Domínguez, que ha asumido el caso, dijo a EFE que el pedido de la pareja cumple con todos los requisitos para que se les otorgue la visa humanitaria tanto a los padres de Durán como a los de Vega.
No obstante, depende del Departamento de Estado (DOS) dar la autorización.
El panorama no se ve muy halagüeño ya que los padres de la pareja inmigrante ya hicieron una presentación en la embajada de EE.UU. en Bogotá (Colombia), que fue rechazada.
“Lamentablemente (los padres) no contaron con asesoría”, advierte Domínguez.
Precisamente esa asesoría migratoria es la que les había costado encontrar en Estados Unidos a la pareja y sus hijas. La familia llegó a Estados Unidos el 1 de mayo de 2022 en busca de una mejor vida, y la pareja había podido alquilar un apartamento de una habitación a finales de octubre.
“Apenas nos estábamos acomodando a nuestra nueva realidad”, señala Vega.
Vega no ha podido regresar a trabajar desde finales de noviembre, cuando Durán fue diagnosticada, si bien ha recibido apoyo económico de la comunidad colombiana tanto en EE.UU. como en el país suramericano.
“Lo único que pido es que nos permitan que vengan nuestros padres para que me puedan ayudar con nuestras niñas en este momento y con la atención de ella, que necesita que la acompañen 24 horas. Yo necesito volver a trabajar”, insiste Vega sobre su situación.
El llamado de Vega llegó incluso a los oídos de la familia del presidente de Colombia, Gustavo Petro. Andrea Petro, hija del presidente, se comunicó con Durán y ha prometido ayudarle con la gestión de la visa humanitaria. Sin embrago, la última palabra la tiene EE.UU.
La expectativa de vida para Durán era de un mes la semana pasada.
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