Lo que más llama la atención de Isabelle Villaseñor es su sonrisa franca y abierta, fiel reflejo de su personalidad.
“Mi filosofía de trabajo está basada en la honestidad y en la sinceridad. No soporto la mentira, porque destruye la confianza y las relaciones”, asegura Isabelle, fundadora de Dejon Enterprises Inc. y ampliamente conocida en el mundo empresarial por ser la primera latina que obtuvo una franquicia para operar un McDonald’s en 1981.
Desde entonces a la fecha ha adquirido otros ocho restaurantes de esa cadena, incluyendo dos en el aeropuerto John Wayne, en el condado de Orange, que maneja con la ayuda de sus dos hijas y uno de sus yernos.
En su opinión, la base del éxito de su negocio, que cuenta con 400 empleados, es que se ha involucrado en todos los aspectos de la empresa, desde el proceso operativo, hasta las ventas y la atención al público. Para Isabelle lo más importante son siempre sus clientes y sus empleados.
Además de ser una destacada empresaria, Isabelle dedica gran parte de su tiempo a ayudar a los más necesitados. Pertenece a varias organizaciones filantrópicas, entre ellas la Ronald McDonald House Charities, que se enfoca en ofrecer asistencia a familias de escasos recursos y ofrece becas a estudiantes que requieren de apoyo económico para continuar con sus carreras.
Por el liderazgo que ejerce a favor de la comunidad, Isabelle fue reconocida recientemente, junto con otras 11 mujeres, por la organización Girl Scouts del condado de Orange.
Isabelle asegura que este reconocimiento es de especial importancia, pues le trae gratos recuerdos de su niñez, debido a que ella perteneció a esa organización.
“Entré a las Girl Scouts cuando tenía 7 años y fue una experiencia que cambió mi vida de manera muy positiva porque yo fui hija única. Ahí tuve la oportunidad de conocer a niñas de otras culturas y de aprender muchas cosas prácticas como pintar, arreglar cosas de la casa e incluso vender galletas. Todo eso me dio confianza y seguridad en mí misma y por eso cuando mis hijas tuvieron edad suficiente, también las metí a las Girl Scouts”, recuerda.
La empresaria ingresó al negocio de los restaurantes cuando se casó pues su esposo tenía tres franquicias de McDonald’s. Al divorciarse, en 1981, Isabelle obtuvo por sí sola otra franquicia y logró salir adelante con el apoyo de sus padres y, posteriormente, de sus hijas, Lisa y Jenny, quienes desde pequeñas se interesaron por ayudarle a manejar el restaurante.
Aunque la crisis económica ha afectado seriamente a la industria restaurantera, Isabelle dice que los McDonald’s se han visto favorecidos por sus precios bajos y porque la gente tiene confianza en la calidad de los productos y servicios que ofrecen..
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