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¿También el hombre puede fingir?

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Es bien sabido que en determinadas circunstancias, la mujer puede fingir en la intimidad, pero la pregunta es:

 

Por: Vivianne Hiriart // Agencia Reforma

 

 

  La idea de que muchas mujeres fingen el orgasmo, o lo han hecho al menos alguna vez en su vida, es bastante común. Existen diversos estudios al respecto que ofrecen datos sobre la frecuencia con que lo hacen y explican las razones por las que actúan como si estuvieran en pleno éxtasis sin realmente estarlo. Pero, los hombres ¿también pueden fingir?… La respuesta es sí!  ¿Y lo hacen?… Otra vez, la respuesta es sí!, aunque en general son menos convincentes.
 
    El caso de las mujeres:
 Desde que se empezó a estudiar más a fondo la conducta sexual y sus motivaciones, se ha observado que muchas mujeres prefieren fingir los orgasmos para no mostrar que en realidad no lo sintieron. ¿Por qué? Según un estudio realizado por las especialistas de la Universidad de Kansas Charlene L. Muehlenhard y  Sheena K. Shippee, las principales razones por las que las mujeres suelen fingir un orgasmo son:
 
-El fingir puede ser por dos motivaciones muy similares; una, el no hacer sentir mal a su pareja, o por el contrario, querer hacerlo sentir bien.
-Tratar de cubrir las expectativas de su pareja.
-Querer parecer intensas y sexys.
-Intensificar la excitación sexual de su pareja o la propia.
-La pareja estaba a punto de alcanzar un orgasmo.
-No querer parecer anormales o inadecuadas.
-Por alguna razón, para ella muy válida, de querer poner fin a ese momento de relación sexual.
-Querer evitar conflictos con la pareja o evitar ser abandonadas.
  ¿Cómo lo hacen? La gran mayoría de ellas intensifican el ritmo de su respiración, gimen, dicen frases completas o solo palabras sueltas, pero muy candentes que usualmente jamás dirían, contraen los músculos, exageran sus movimientos y, de pronto, los detienen abruptamente.
 
  El caso de los hombres:
Pues sí, los hombres también fingen; aunque ciertamente tienen más dificultad en hacerlo y por supuesto, mucha menos práctica. Podría parecer más complicado, pues estamos acostumbrados a pensar que el orgasmo masculino es el equivalente a la eyaculación. Pero no, se puede eyacular sin sentir mucho y se puede sentir mucho sin eyacular. Sin embargo, es cierto que lo más común es que se den al mismo tiempo. Bueno, pues los hombres que fingen, explican las mencionadas especialistas en un artículo publicado en la revista Journal of Sex Research, lo que hacen comúnmente es simular que ya eyacularon y que, además les fue muy placentero. Si bien la forma en la que lo fingen tiene similitudes con lo que hacen las mujeres, existen algunas diferencias. Ellos aceleran e intensifican sus movimientos, gimen y avisan que están a punto de llegar al orgasmo, contraen los músculos y luego actúan como si estuvieran exhaustos. Algunos incluso, esconden los condones para que su pareja no vea que no hay nada dentro.
 
   Pero ¿por qué o para qué? 
  Las razones que los hombres argumentan son:
-Para terminar con un encuentro sexual que no está siendo muy efectivo, está siendo muy largo o sienten que no es muy probable que lleguen a un orgasmo (esto es más frecuente cuando están bajo el efecto de cantidades importantes de alcohol).
-Evitar hacer sentir mal a su pareja.
-Disimular la eyaculación precoz.
-Siente la presión de siempre llegar al orgasmo.
 
     Un guión a cumplir:
  Si bien hombres y mujeres fingen orgasmos, ellas  son más propensas a hacerlo; pero en ambos casos, sostienen las autoras del mencionado estudio, el “guión” prefabricado que tenemos en la cabeza sobre cómo se tienen que dar las cosas durante un encuentro sexual es una de las motivaciones principales detrás de esta conducta. Es decir, creer que los hombres siempre están deseosos y listos para un encuentro sexual, pensar que toda estimulación sexual debe terminar en un orgasmo para ser satisfactoria, pensar que debe haber una secuencia adecuada de tipos de estimulación y reacciones (como primero ella tiene un orgasmo con cierto tipo de estimulación y luego él con la penetración), o considerar que la experiencia de la mujer depende de la capacidad del hombre, son elementos que están detrás de la decisión de aquellos que fingen.
 

 

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