27 mar (EFE).- Jimmy Smits, uno de los latinos más destacados de Hollywood, ha aceptado que ha cambiado la forma en que se consume el arte desde que inició su carrera en la serie ‘Miami Vice’ hace 40 años, pero “siente nostalgia” del pasado, especialmente del cierre este miércoles del icónico Conga Room de Los Ángeles.
“Estamos perdiendo los escenarios íntimos”, dijo a EFE el artista de 68 años y de raíces puertorriqueñas.
El sentimiento de melancolía se ha acentuado por estos días tras el anuncio del cierre del Conga Room, el escenario de la música latina más reconocido en Los Ángeles, del que Smits es inversionista.
El actor y productor atribuye el declive del negocio, en parte, al cambio en el consumo del arte. “Ahora los espectáculos deben ser pensados para escenarios grandes”.
El cierre de este club, que este miércoles presenta su último espectáculo, es para Smits como “perder a un miembro de la familia”.
Reconoce que tiene una “gran melancolía”. Y es que son muchos los recuerdos que el artista ha guardado en los 25 años de funcionamiento de este lugar.
Smits junto a Sheila E, Paul Rodríguez y Jennifer López fueron miembros del grupo de inversionistas que apoyaron al empresario Brad Gluckstein para tener un “escenario clásico” para la música hispana. “El club pudo dar voz al panorama latino. Pudimos compartir nuestra cultura, nuestra latinidad con Los Ángeles y con el mundo”, señala.
El artista ha sido una de las voces más fuertes para que en Hollywood por fin se dé el “gran momento latino”.
Ganador del Globo de Oro por su papel en ‘Policías de Nueva York’, así como un Premio Primetime Emmy por ‘La ley de Los Ángeles’, el actor neoyorquino abrazó personajes latinos desde sus inicios, en una época en la que la mayoría de sus colegas de la comunidad tendían a rechazarlos por temor a perder la oportunidad de alcanzar roles variados.
Su trabajo constante lo llevó a convertirse en el primer hispano en formar parte del elenco estelar de “La guerra de las galaxias” en 2005, cuando encarnó al senador Bail Organa, en ‘Star Wars: Episodio III – La venganza de los sith’, también protagonizó con Edward James Olmos ‘Mi familia’ (1995), una película de Gregory Nava.
Todo ese éxito no le dejó olvidar uno de sus proyectos consentidos: el Conga Room, que desde su inauguración en 1999 recibió a las estrellas más conocidas de la salsa como la ‘Guarachera de Cuba’, Celia Cruz, el Buena Vista Social Club, Tito Puente y Eddy Santiago, entre otros.
El club también acogió a artistas de otros géneros como Carlos Santana, Alejandro Fernández, Fito Páez, Jenny Rivera, Bad Bunny y Maluma.
Además, acercó a exponentes como Prince, Ed Sheeran, Lenny Kravitz, Kendrick Lamar, Stevie Wonder, Chaka Khan y Avicii al público latino.
Smits aún recuerda cuando Prince se presentó en el escenario. “Es importante que otros artistas (no latinos) quieran venir a nuestros escenarios”, manifiesta el actor, quien tiene una estrella en el icónico Paseo de la Fama.
Recuerda que el club también fue punto de encuentro para eventos de servicio comunitario y puente entre la comunidad latina con sus líderes. En 2016 lanzó Conga Kids, una organización sin fines de lucro enfocada en enseñar danza y música para impulsar la diversidad, equidad, prácticas inclusivas y estrategias de aprendizaje social y emocional.
El programa está presente en 14 distritos escolares y llega a más de 50.000 niños de familias de escasos recursos de Los Ángeles y condados vecinos.
Para Smits este programa “es un gran legado” que se puede dejar a las nuevas generaciones de latinos y minorías.
“Tenemos que aceptar los cambios y adaptarnos, pero sin olvidar nuestras raíces y nuestras influencias”, puntualizó Smits.
El actor considera que la comunidad latina debe “permanecer positiva”, especialmente en este momento que son la minoría más grande de Estados Unidos.
“No pueden negar la fuerza de lo que somos y representamos en este país”, agregó.
La noche de este miércoles quiere nuevamente sentirse orgulloso de ser latino y de despedir al Conga Room al ritmo de la música de Gilberto Santa Rosa.
“Los recuerdos siempre quedarán”, dijo.
Tras el cierre del Conga Room, Smits ahora se concentrará en su trabajo como productor, siempre tocando puertas para contar historias latinas. Algo que asegura no se arrepiente de hacer y seguirá insistiendo aunque el negocio haya cambiado.
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