Cierto día muy caluroso, una paloma se detuvo a descansar sobre la rama de un frondoso árbol, al lado del cual, fluía un transparente arroyuelo.
Cierto día muy caluroso, una paloma se detuvo a descansar sobre
la rama de un frondoso árbol, al lado del cual, fluía un transparente
arroyuelo.
De improviso, una abejita se acercó a beber agua del mismo, pero
como era muy pequeña estuvo a punto de perecer arrastrada por la
corriente. Al verla en tal aprieto, la paloma se apresuró a ayudar a la
inofensiva criatura. Así que voló hacia ella y la sacó con el pico!!.
Abejita no sabía como pagarle el favor otorgado a paloma, quien a su
vez, dijo que no le debía nada. Pero lo que no sabía ésta, era que su
cumplido sería devuelto por su pequeña amiga, más pronto de lo que
imaginaba.
Y así fue, pues más tarde, un cazador divisó a la paloma y se dispuso a
darle muerte. Al observar esto, abejita se apresuró a salvar a su bienhechora,
y con fiereza clavó su aguijón en la mano del hombre.
El dolor hizo que el cazador sacudiese el brazo y fallara el tiro, con lo
que se salvó la linda y blanca palomita.
Moraleja: Haz el bien, sin mirar a quien!
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