La ballena pertenece al orden de los cetáceos y es el mamífero más grande de la Tierra. A diferencia de los peces, las ballenas necesitan respirar aire para vivir. Para ello cuentan con grandes pulmones y respiran a través de los orificios que tienen en la parte superior de su cabeza, llamados espiráculos.
Las ballenas hembras son siempre más grandes que los machos. Suelen estar preparadas para la reproducción cuando alcanzan una longitud entre 42 y 52 pies, a la edad de 3-4 años. Suelen vivir en parejas o pequeños grupos, aunque también existen ballenas solitarias, y su apareamiento se hace posible en mares templados o cálidos.
El cuerpo de la ballena está recubierto de una capa de grasa espesa que mantiene su temperatura corporal en una media de 96°F incluso en aguas muy frías. Las dos extremidades de adelante son las aletas. Su cuerpo acaba en una gran aleta horizontal, de potente musculatura y fuerza, lo que le permite alcanzar velocidades de 24 a 31millas/h.
La coloración y forma de la cola varía de una ballena a otra y es tan importante para distinguirlas e identificarlas como lo puede ser la huella digital en las personas.
En la reproducción de las ballenas, la hembra pare una sola cría tras un periodo de gestación que varía entre nueve y dieciséis meses, según la especie. Normalmente, tiene una cría cada tres años. Las crías se llaman ballenatos y pesan alrededor de 2 toneladas al nacer y miden de 12 a 15 pies. Los ballenatos nacen con la capacidad de nadar y crecen muy rápido, cerca de una pulgada al día durante los primeros dos meses de vida. Una de las principales razones de este rápido crecimiento es que la leche de ballena es muy nutritiva, con un alto porcentaje de grasa. Pasan entre siete y doce meses tomando leche de su madre.
Durante estos primeros meses las crías acompañan a sus padres en los movimientos migratorios. Y están protegidos no sólo por sus padres, sino por todo el grupo. El contacto físico es una constante en el comportamiento de una ballena y su cría. Las ballenas alcanzan la madurez sexual entre los seis y trece años de edad. Debido a factores ajenos, como la caza y casi extinción de esta especie, la edad de la madurez sexual se ha adelantado ya que las ballenas jóvenes tienen un crecimiento más rápido al tener que sustituir a sus progenitores. La edad que puede alcanzar una ballena depende de sus condiciones físicas, de la especie y de factores externos, como las acciones del ser humano. Las hembras entran en celo varias veces durante el año.
El apareamiento puede darse en cualquier estación del año, aunque la más habitual suele ser la de verano. Las ballenas no tienen sentido del olfato, por lo que el macho no puede oler a la hembra cuando está en celo y es ella la que se lo hace saber al macho.
Hay contacto repetido del pene con la región ventral de la hembra. A veces el macho se acerca a la hembra desde detrás de ella, desde un ángulo perpendicular, o de ambas formas. La erección ocurre repentinamente y toma de uno a dos segundos.
Cuando la penetración tiene lugar, dos de tipos de cópula se han observado.
En el primer tipo, el pene es insertado a medias en la vagina, y el acto tiende a durar no más de 10 segundos, aunque había indicios claros de que la eyaculación había ocurrido.
En el segundo tipo, el pene es insertado totalmente, y tiende a durar hasta 30 segundos. Los empujones pélvicos se observan antes, durante, y después de la cópula, y este mismo modelo se repite frecuentemente de cada uno a ocho minutos por una media hora o más, no siempre con la misma hembra.
Sin duda, una de las características más importantes y singulares de estos mamíferos marinos es su habilidad para la ecolocación, o sea, la forma de localizar un objeto mediante la emisión y recepción de sonidos. Las ballenas emiten sonidos en diferentes frecuencias, vibraciones y suspiros. Por tanto, podemos afirmar que el oído es el sentido más importante de las ballenas. Esto les ayuda a orientarse, a navegar e, incluso, a cazar en la oscuridad. La ecolocación consiste en emitir sonidos, producidos en una zona de la cabeza, éstos se propagan a través del agua, rebotan en el objeto y vuelven al animal. Estos sonidos de vuelta al animal le proporcionan información útil del objeto.
Un caso muy especial es el de la ballena yubarta o jorobada, que emite un verdadero canto que puede alargarse durante horas. Estos cantos están compuestos por estribillos que se repiten. Se sabe que las ballenas emiten al menos dos
tipos de sonidos: Los sonidos de ecolocación y las vocalizaciones.
El primer tipo de sonidos son como una especie de sonar biológico, mientras que el segundo sería lo que conocemos como “los cantos de ballenas”. Cada ballena tiene un timbre diferente, aunque los cantos son comunes al grupo. Estos cantos pueden llegar a escucharse a una larga distancia.
La ballena hoy en día es el animal más grande de nuestro reino animal.
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