¿Qui’ooondaaa, mis tuerquitas cromaditas y mis tonillitos oxidaditos. Y como siempre, pa’ empezar les voy a echar uno,,,, de mis acostumbrados chistoretes sangrones, pero el de hoy aparte de eso, esta mamucas, se llama “La vanidad es k_ñona!”, espero que les guste… ahí les va.
Resulta que una mujer de 45 años sufre un ataque al corazón y mientras está en la mesa de operaciones tiene una experiencia cercana con la muerte.
De hecho ve a ‘la señora’ muerte y le pregunta si en verdad se va a morir… La muerte le dice que no, que va a vivir 35 ó 40 años más.
La mujer se recupera y decide aprovechar que ya que está en el hospital, pues de una vez hacerse una liposucción en los muslos y el abdomen.
Después de 4 semanas y ya casi recuperada, pide un préstamo al banco para hacerse una cirugía estética… Se levanta los senos, aprovecha para agregar un poco de silicón en las pompas, se arregla la nariz, de un vez se cambia todo.
También se hace un tratamiento de várices y celulitis, y paga por adelantado 120 sesiones de masajes, se engrapa el estómago para comer menos, etc.
Piensa que si va a vivir 35 ó 40 años más, mejor que se vea estupenda.
Cuando por fin sale del hospital tras de su última operación, cruza la calle y…. ¡_innguee suuu, que la atropella una ambulancia!
Y al llegar al hospital… muere!
Nuevamente frente a la señora muerte le pregunta:
Pero, bueno! Tú me lo prometiste! ¿No que iba vivir 35 ó 40 años más,,, qué pasooó?
Pues sí, p_ineja, pero no maaa…nches! ¡con todo lo que te hiciste ps no te reconocííí!!!
ja!, ja!, ja!,,, yo les dije desde el principio que estaba medio mamucas, así que no se quejen…
Bueno, pero déjenme les cuento que me acordé de este chiste, cuando hace unos días, una compañerita, a la hora del lonche me preguntó: “Oiga señor (me pueden decir señor, pero prohibidísimo decirme don) y desde cuándo perdió el cabello?
_mmm!, pos desde que tenía unos 25 ó 26 años.
En eso, otra chamaca intervino: “Y no se hizo nada? no se puso nada?”
_uuuuy!, niña… ¡queeé no me puse! Y les empecé a narrar cómo en aquellos tiempos, me ponía cuanta maadere me recomendaban, champús, lociones, yerbas, ungüentos…, güeno, con decirles que llegué a ponerme k k de vaca… Nooo, y eso no fue todo, sino que un día, alguien me recomendó ponerme plastas de tomate asado, lo más caliente que aguantara; Y como yo quería verme bien, pos ahí me tienen, todas las noches con un par de tomates asados en la choya, je!, je!. Pero el colmo fue, cuando una _iingada vieja me recomendó que partiera un chile serrano, y el juguito me lo frotara en la cabeza (que todavía tenía tantito pelo), pos ándeles, el muy _iindejo que sigue aquel consejo y al principio ardió tantito, peeero cuando me bañé y el agua caliente me escurrió por la cara, y el cuerpo… ¡hiiijo de suuu! Yo auuullaba…; ¡__uta, que _iiinche ardor!!!
Con el tiempo se me quitó aquel trauma, y ahora me vale, y me río y me carcajio de mi pelona!!!”
Pero no se hagan, les dije a mis compañeritas (y también les digo a ustedes mis 4 ó 5 lectores), que de seguro ustedes han sufrido y gastado un _ingo por querer verse bien, por lucir bellas ellas y guapos ellos, ¿a poco no?
Porque, por ejemplo las mujeres, se hacen y hacen tanta cosa que hasta parece increíble; y es que lo mismo se enredan en yeso, como momias egipcias, que se inyectan los labios, para verse mas trompuditas o se hacen la ceja permanente… y esas cosas cuestan,,, y duelen, ¿a poco no?
También está el bótox, el colágeno, los tés milagrosos pa’bajar de peso, el láser pa’quitar el bigote o los pelos de las patas, las cirugías de párpados, de panza, etc. y todo eso,,, cuesta y duele!
Pero los hombres no se quedan atrás, porque lo mismo hay güeyes que se depilan (sobre todo jóvenes) dizque pa’ verse seyxis frente a la mujer, que los que se ponen implantes de cabello pero eso cuesta y duele!
Y qué me dicen de esos güeyes que se meten cuchillo aquí y allá pa’verse mejor o más jóvenes (o menos viejos, según se mire) y ni qué decir de aquellos ilusos que se operan el pizarrín, dizque pa’agrandárselo,,, y pobres, porque esas cosas, cuestan!, aaah!, pero por la parte donde se operan, debe doler y un _ingo, -digo yo-… Y ni qué hablar de los ilusos, que creen que con una pastillilla se les va a hacer más grande su cosilla.
Y como los anteriores hay muchísimos otros casos en los que se demuestra que la belleza aparte de que cuesta… duele!; pero además tengan cuidado, no vaya a ser que por querer lucir más bellas, su galón -digo, su esposo, novio o galán- no las reconozcan y sin querer las cambien… o a él, que al desconocerlo termine cantando “otro ocupa mi lugar”, pero lo pior, sería que les pase lo que a la del chiste, que la huesuda los desconozca y se los cargue, y eso sí que estaría rete gaschio, ¿a poco no?. Bueno, pero yo,,,
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