La cantautora española Natalia Jiménez está pasando por ese proceso que viven los que regresan a casa después de vivir muchos años en otro país. Reconoce, se reconoce, se pregunta “cómo es que he podido estar fuera después de tanto tiempo” y admite que a veces ya no es “tanto de aquí”.
Así describió en entrevista con Efe su experiencia de pasar varios meses en su natal España, después de más de una década trabajando principalmente en México o en Estados Unidos.
“Estoy muy contenta”, dijo la artista madrileña de 38 años, quien forma parte del equipo de jueces de la edición de 2020 del concurso de canto “Operación Triunfo”.
“Es algo genial, como reconectar con mi público de allá, con mi acento, con mi comida, con todo”, expresó sobre el retorno a su país.
JIMÉNEZ SE SIENTE EN UNA MÁQUINA DEL TIEMPO
La artista que se fue, después de más de cinco años dando la cara por “La quinta estación”, no es la misma que regresó.
Llevó a sus espaldas cuatro álbumes de estudio y dos recopilaciones, un matrimonio y una hija, además de mucha nostalgia. Porque “a pesar del tiempo” asegura que no se encuentra a gusto en Estados Unidos.
Jiménez reflexionó sobre el hecho de que con el tiempo ha descubierto que hay muchas cosas que “son del carácter de los españoles”.
“Por ejemplo, el ser así echada para adelante. En México son más educados, más tímidos, en España somos más qué pasa, vamos. Se me había olvidado que es cultural”, aseguró.
También contó que hay palabras españolas que no decía hace mucho y que está disfrutando usar como “mola” y “pringao”. Pero reveló que el fenómeno también va a la inversa pues le cuentan las veces que dice la muletilla “este” y “ahorita”, que en México, donde se le pegó, se usa para decir “dentro de un rato”.
El tiempo ha pasado, sin duda, pero hay momentos en los que Jiménez se siente como en la máquina del tiempo.
“Me sigue gustando visitar los mismos barrios, comer las mismas cosas, escuchar la misma música. Sigo siendo la misma chiquilla ordinaria, que dice barbaridades. En eso no he cambiado. Aunque me vista muy mona (guapa) y tal, sigo siendo una macarra (bruta)”.
Jiménez tiene razón en que se viste muy bien. A lo largo de sus años en América se ha convertido en una de las mujeres más elegantes del mundo del espectáculo latino, combinando “looks” elegantes y minimalistas con trajes cargados y coloridos con una clara influencia mexicana.
OTRO “MÉXICO DE MI CORAZÓN”
Para promover su disco más reciente “México de mi corazón”, la cantautora ha adoptado un guardarropa que evoca algunos de los trajes más típicos del rico folclor mexicano, con un toque de glamour representado en telas lujosas y aplicaciones brillantes, que acompaña de tocados y cintillos a juego y aretes kilométricos.
Ha disfrutado tanto de la experiencia que prepara un “México de mi corazón Volúmen 2”, pero primero viene una balada que adelanta lanzará desde España, escrita por Pablo López y Claudia Brant, “que es un cacho de canción espectacular”.
El tema titulado “El lado izquierdo de la cama”, habla una vez más del empoderamiento femenino que Natalia Jiménez lanzó al mercado con su sencillo “Creo en mí” en 2014.
Sin embargo, ya ha escogido las canciones para la segunda parte del disco que dedicó a México, su país adoptivo, en 2019.
Aparte de que piensa que son temas “hermosos”, la artista lo describe como una forma de “devolver todo el amor que recibió allí”.
“No quiero que con las rancheras y otras canciones mexicanas suceda lo que pasó en España con la copla, que también es un género especial, pero que ya no lo canta nadie. Los jóvenes no tienen idea de qué son”, manifestó.
Aunque es posible que la crisis provocada por la pandemia del coronavirus descarrile sus planes, Jiménez tiene la agenda llena a partir de abril cuando termine “Operación Triunfo”.
“Me tienen como loca, como lo que soy”, afirmó entre risas al describir la llegada de una primavera con muchas horas de avión para llegar a los conciertos previstos en México y Centroamérica además de un verano con su primera gira en España en más de 10 años.
Alicia Civita
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