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La columna del Licenciado Vidriera Ed 2- 2015

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Por Mario Soto Centeno

Dona nobis pacem… Es una frase en latín que se oye mucho por estos tiempos… con la Noche de paz de Navidad y los deseos de año nuevo…..no, no inventes, Dona nobis pacem no quiere decir “pásame nueve donas” simplemente quiere decir “Danos la paz”, es un rezo parte del agnus dei que quitas el pecado del mundo…  y que según dicen ese rezo fue introducido en la liturgia de la misa hace unos 1300 años, por el papa Sergio 1 (687 701).

   Pero yo creo que ese deseo de paz y esa petición a los dioses del Olympo y a los dioses del altísimo ha de haber venido desde que la humanidad tuvo dioses a quienes pedirle favores… Porque a fin de cuentas lo que la gente quiere con muchas ansias es la Paz, y no encontrando más a quién pedirla la pide a los dioses, porque esperar paz de los humanos parece ser una batalla perdida.  

  Y lo que pasa es que siempre hemos buscado la paz pasando por la guerra, creemos los muy zonzos que la paz es fruto de la guerra y no nos cabe en la maceta de brutos… que tenemos, que la guerra nunca va a dar por fruto la paz, son dos cosas muy diferentes, esperar que la guerra nos de paz, es lo mismo que pedirle peras al olmo.   El fruto de la guerra  es, ha sido y será nuevas guerritas que crecen para llegar a ser guerras grandes y maduras que algún día morirán, pero no sin antes dejar su descendencia de más jijas guerritas. 

   Así ha sido y tal parece que nunca será de otra manera. Porque a la hora de la hora hasta los mismos dioses se han visto envueltos en muchas guerras. Les gusta el relajo, pues; no saben resolver sus conflictos de otra manera, no saben buscar soluciones pacíficamente… y no les enseñaron a sus “hijos” más que el garrotazo y la pedrada.

  ¿Entonces quién nos podrá dar la paz? Por principio de cuentas deberíamos de deshacernos de los dioses guerreros y aceptar sólo a dioses amantes de la paz.   Debe de haber ejemplos en la historia de la humanidad de casos de serias disputas que se hayan solucionado sin recurrir  a la guerra… Y allí entrarían las religiones… 

  Según leí hace días, buenos calculadores calculan que hay actualmente 4200 religiones en el mundo, son muchas, pero deberíamos de analizarlas seriamente y desechar no solo toda religión amante de  la guerra, sino también toda aquella religión que esté manchada por la sangre de las guerras, caiga quien caiga.. (eso suena a guerra), por aquello del dicho que “animalito que le da por comer huevos, aunque le pegue  en la trompa” (se oye mejor bien dicho el dicho, pero se ofenden, no aguantan y pelean, o te queman). De igual manera, todos los  gobiernos belicistas deberían de ser borrados de la faz de la tierra… sin violencia, por supuesto, por las buenas,  por la paz… 

  Y a todo esto, ¿sabes lo que es la paz? En realidad nomás la imaginamos, porque paz, lo que se dice paz no la hemos vivido, el mundo siempre ha estado en guerra o en amenaza de guerra, que viene a ser lo mismo. Paz, del latín pax, pãcis, que a su vez viene del griego pax… que no es más que una interjección de silencio, como quien dice ¡Chhhhist! Shhhist..o Chito, Chitón… nadie se mueva, silencio, no hagan ruido… de ahí viene la palabra paz… que nosotros asociamos con la ausencia de guerra… y que ha venido a ser, más que una realidad en el mundo, un anhelo de la humanidad. 

  Ese Shhhit! Ese silencio de paz, se puede lograr cuando acabe el último retumbar de las bombas, cuando se acalle el ruido del último edificio que se derrumba y el último quejido del último herido moribundo… así se podrá lograr esa paz… Pero no es esa la paz que queremos, ni siquiera esa que se logra con tratados, porque ya hemos visto que tratados de paz van y vienen y nunca se logra la paz duradera, porque en los tratados de paz alguien tiene que ceder un poco o un mucho y en este caso de la paz duradera nunca la verdad podrá ceder, ni siquiera un poco, a la mentira, que es la poderosa señora de la guerra… 

  La única solución para lograr paz verdadera y duradera es la educación para la paz y la libertad, es decir la verdadera educación… solo sembrando la verdad podremos vencer la mentira, sólo sembrando el bien, podremos vencer el mal, solo amando lo bello podremos aborrecer la fealdad de la guerra que hoy nos presentan tan gloriosa y a todo color desde las caricaturas para los niños, hasta las películas engañosas para adulteros…. 

  Tratándose de paz verdadera Dona nobis pacem… bien podría significar eso que decías: “Pásame nueve donas” porque no hay quien te dé la paz, la paz es algo que tú debes lograr, es algo por lo que podemos trabajar día a día, rechazando la guerra… y sus agentes… y para eso se necesita más valor que para tomar las armas, porque el enemigo es poderoso, pero …        ¡viva la paz…!  Feliz 2015, 

… porque el 14 nomás  para despedirse tumbó un avión y quemó un barco… Oh, abrí todos mis regalos y todos traían lo mismo: masa y carne de puerco… Gracias…. 

           Salud y saludos             licvidriera@ao;.com

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