Cloquita era la gallina más presumida en todo el gallinero, pero ademas era muy remilgona
Cloquita era la gallina más presumida en todo el gallinero, pero además era muy remilgona y todo le parecía mal. Cada vez que quería demostrar su descontento comenzaba a hacer ruidosos cloqueos. Ahora comprenderán de donde salió su nombre.
Vivía en una granja muy espaciosa, junto a otros cientos de gallinas. Le fastidiaba mucho que el granjero se aprovechase de los huevos que con tantos trabajo ella y sus compañeras ponían, así que decidió ponerse en huelga para demostrar su descontento.
– ¡No pienso ponerle más huevos, a ese aprovechado hombre, a ver si así me cuida un poco mejor y me trae una comida más decente!
Pasaron algunos días. El granjero, extrañado al ver que Cloquita no ponía ni un solo huevo, pensó que algo malo le ocurría sin embargo decidió dar tiempo al tiempo.
Pero, ¡nada! Cloquita seguía adelante con su rebelión y, claro, como era de esperarse, el granjero se convenció de que aquella gallinita no servía para poner huevos, de modo que sin pensarlo más decidió hacer con ella un buen caldo.
Pese a los ruegos de Cloquita, el granjero, que no entendía su lenguaje, la envió al otro mundo en un abrir y cerrar de ojos. Triste final el de Cloquita, una gallina rebelde, que encontró su triste final por no usar correctamente su pequeña cabeza.
Amiguitos: no permitan que les pase a ustedes lo que a Cloquita que por necedad y rebeldía tengan problemas en la vida. Así que mejor piensen antes de actuar
Moraleja:
¡Con inteligencia debes proceder, si problemas no quieres tener!
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