Tal vez te estés preguntando qué le pasa a una de tus mejores amigas últimamente. A esa amiga con quien siempre habías podido contar, en la que siempre pudiste confiar… la que toda la vida ha
Tal vez te estés preguntando qué le pasa a una de tus mejores amigas últimamente. A esa amiga con quien siempre habías podido contar, en la que siempre pudiste confiar… la que toda la vida ha compartido tus secretos. No sabes exactamente por qué, pero tu amiga ya no te parece tan amiga. Quizá te haya dolido un comentario suyo, o ella te haya fallado en el momento en que más necesitabas su apoyo. Y aunque todavía siguen pasando un buen rato cuando salen juntas, hay una cierta sensación de intranquilidad en su relación. Una cierta tristeza.
LA PRUEBA DE LAS TRES A.
La inclinación natural en una situación semejante, es tratar de conservar la amistad, aclarar las cosas… La amistad, hemos oído una y otra vez, es algo demasiado valioso para dejarla perder. Sin embargo, algunos hallazgos recientes revelan que, de vez en cuando, debemos evaluar y categorizar honestamente a nuestras amistades y hasta terminar algunas. Creer que una vez que encuentras una buena amiga es una buena amiga para siempre, no sólo es ingenuo, sino que puede ser doloroso. Igual que las buenas amistades fortalecen tu estabilidad y te hacen sentir que eres especial, las “malas” amistades pueden afectar tu seguridad y tu propia estimación.
¿En qué consiste entonces una buena amistad? “Para mí lo que cuenta es saber que tengo alguien a quien puedo recurrir y que me van a escuchar”, es la explicación de una mamá de tres diablitos cuya amiga de toda la vida vive a una hora de distancia,. “A veces nos prendemos al teléfono horas, y hablamos cuatro o cinco veces a la semana”. Casi todo el mundo, y posiblemente tú también, entiende por amiga la persona con quien puede compartir sus preocupaciones y sentimientos. Pero para que una amistad sea verdaderamente beneficiosa, necesita tres condiciones esenciales: las tres A, que son Aceptación, Afirmación y Afecto, según dice el Dr. Blair Justice, profesor de sicología de la univerisdad de Texas en Houston.
El doctor define la aceptación como una política de puertas abiertas, como la sensación de que siempre eres bienvenida. La afirmación para él, es el gesto afirmativo; la sensación de que alguien piensa que tú eres una persona especial. Y más importante aún, el afecto es el estado a través del cual te sientes ligada, exaltada por otra persona. “Y esta triple A forma un sistema de apoyo, que es una medicina poderosa emocionalmente, sicológicamente y físicamente”, explica Justice.
La gran cosa sobre las buenas amigas es que son una terapia, no solamente para el espíritu, sino también para el cuerpo, porque te ayudan a detener la depresión con todas sus complicaciones, refuerzan tu sistema inmunológico, aumentan las posibilidades de sobrevivir los problemas de la coronaria y ayudan a que se mantengan controladas las hormonas afectadas por el estrés. La diferencia estuvo en las amistades. Según el Dr. Redford Williams, investigador del centro médico de la universidad de Duke, Estados Unidos, que ha estudiado la amistad y sus efectos en la salud de la coronaria, cada vez se va haciendo más evidente que se pueden prolongar las expectativas de vida cultivando las amistades indicadas.
Con el tiempo, las relaciones cambian; algunas se fortalecen y otras se debilitan. En la amistad suele desaparecer una de las tres A imprescindibles, y hasta dos…. Por eso es importante que de vez en cuando analices un poco a tus amistades para determinar cuáles se han hecho más fuertes, cuáles han dejado de funcionar y a cuáles debes de categorizar de una forma diferente. Es posible que entre tus amigas haya una que te ofrezca aceptación y afecto, pero sus comentarios sutiles y sus bromas, impidan que satisfaga tu necesidad de afirmación. Y ése es el tipo de amistad al que debes restarle importancia en tu vida.
Cuando desaparece la confianza mutua, imprescindible para una buena amistad, nacen la hostilidad y la irritación. Las investigaciones realizadas por Williams en la universidad de Duke indicaron que la hostilidad y la irritación, que aumentan las hormonas del estrés y propensión a las enfermedades del corazón, parecen ser dos de los elementos de mayor importancia para que surjan las condiciones que propician que la gente se enferme.
Así que la próxima vez que te sientas insegura sobre el respaldo de una vieja amiga, es saludable analizarla. Pregúntate si te acepta incondicionalmente, qué apoyo te brinda, si te hace sentir que eres algo especial y único, y si te demuestra el mismo afecto de antes. Y ten en cuenta que, paradójicamente, los problemas de amistad surgen cuando más necesitamos de nuestras amigas, en tiempos de cambios, afirma la socióloga y sicóloga Lilian Rubin, en su libro Just Friends (Sólo amigos), por eso, si quieres mantener una amistad, debes enterar a tus amigas de lo que está pasando en tu vida, e interesarte por lo que está pasando en la de ellas. Y si quieres mantener tu paz espiritual, debes tomar una decisión cuando pienses que una amistad dejó de serlo. Quizá con esta actitud estés comprándote años de vida… ¡Y esos no tienen precio!
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