Para bien o para mal, el 2008 está a punto quedar archivado en el baúl de los recuerdos. Llegó, por tanto, la ocasión ideal para hacer un balance acerca de lo que a todos nos dejó.
Por: José Martín Sámano
“…La catástrofe que tanto te preocupa, a menudo resulta ser menos horrible en la realidad, de lo que fue en tu imaginación…” Wayne W Dayer. Escritor estadounidense.
Para bien o para mal, el 2008 está a punto quedar archivado en el baúl de los recuerdos. Llegó, por tanto, la ocasión ideal para hacer un balance acerca de lo que a todos nos dejó. ¿Cuál sería para usted el evento noticioso más importante de los últimos 12 meses? Me atrevo a suponer que habría que comenzar por la elección del primer Presidente afroamericano en la historia de Estados Unidos. Esta no fue sólo una demostración de que el país es capaz de vencer al odioso racismo, sino también de castigar -a través de su voto-, al presidente más despreciado por la mayoría de su propia gente. En materia de política, me quedo también con el papel cada vez más destacado de las mujeres. Oiga usted, muy poco le faltó a Hillary Clinton para ser la candidata demócrata, mientras que Sarah Palin, del brazo de John Mc Cain, se convirtió de la noche a la mañana en un personaje de fama internacional. A Doña Sarah no le bastó la imagen, pero tampoco dude usted que muy pronto regrese al escenario político en plan grande. Por lo pronto, ahí tendremos a Hillary como Secretaria de Estado y a la hispana Hilda Solís como Secretaria del Trabajo. ¡Bien por ambas y mucha suerte en sus futuras responsabilidades!
Hablando de economía, el año que termina ha sido una pesadilla. Primero, con los precios de la gasolina, ¿se acuerda? Cuando el galón llegó a costar más de cuatro dólares en algunas ciudades. Y luego, por supuesto, la crisis hipotecaria que ya se veía venir y que nadie en el Gobierno de Mr. Bush fue capaz de atajar. De ahí en adelante, como el efecto “bola de nieve”, la catástrofe financiera que a todos nos tiene con los pelos de punta. Si los peores pronósticos se cumplen, el 2008 siempre será comparado con el inicio de la terrible Depresión en 1929.
En el tema migratorio, otra vez nos quedamos con las manos vacías esperando la mentada Reforma. En cambio, las infames redadas y deportaciones masivas estuvieron a la orden del día. Como queriendo dejar huella para la posteridad, la Migra atacó sin piedad de norte a sur y de este a oeste. Y lo hizo de manera estratégica, colocando sus mejores golpes en algunos de los principales centros de trabajo donde -qué casualidad-, la mayoría de los trabajadores son hispanos.
Ya que estamos en confianza, le voy a decir que este fue para quien escribe, un año muy difícil. Comenzando por el triste fallecimiento de mi suegro Don José y mi cuñado Carlos, (padre e hijo) en enero pasado y en el lapso de 3 días. Vendría después un largo periodo de incertidumbre que culminó con un cambio de domicilio y hasta de programa en Azteca América.
Me preocupa el futuro económico de Estados Unidos, la violencia en México, y la falta de desarrollo en el resto de hispanoamérica. Me angustia el futuro de nuestra gente, en particular lo que suceda con los indocumentados y la separación de familias. Me molesta la falta de unión entre algunos latinos que en ocasiones se convierten en el peor enemigo de otros de su misma raza.
Se acaba pues, el 2008 en medio de un oscuro nubarrón. Pero bien dice el dicho que después de la tormenta viene la calma, así que ánimo mi gente. Feliz Navidad y Mejor 2009…. Digan lo que digan.
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