La Trucha Traviesa

En el inmenso mar del Pacífico vivía una trucha, muy popular entre los demás animalitos del océano por ser muy traviesa.

En el inmenso mar del Pacífico vivía una trucha, muy popular entre los demás animalitos del océano por ser muy traviesa.
Siempre le gustaba hacer de las suyas y andaba de aventura en aventura por el mar sin ninguna precaución, aún a pesar de los buenos consejos de sus padres y hermanas, mucho más juiciosos que ella.

– ¡Ah, qué aburrimiento! ¿Por qué no cambiamos de aguas de vez en cuando? -se lamentaba ella con frecuencia. Por supuesto, nadie ponía atención a sus quejas.
Cierto día, impulsada por su curiosidad, empezó a nadar y a nadar. De pronto, una tormenta tropical se desató y las olas comenzaron a moverse violentamente arrastrando a la trucha mucho más lejos de su hogar. Entonces se acordó de su familia y quiso regresar a casa, pero no sabía como.
En esto vio que se le acercaba un caballito de mar.

– ¿Qué tienes, truchita? -le preguntó, al verla muy triste y desorientada.

– ¡Me he perdido! -respondió ella. – ¿Cómo has venido a parar aquí? -quiso saber el caballito de mar. La trucha le explicó lo sucedido. Entonces, el caballito se la echó sobre sus espaldas y la llevó hasta donde ella le había contado.

– Creo que desde aquí podrás regresar a tu casa – le dijo caballito..

– ¡Gracias, buen caballito de mar! exclamó la trucha, muy agradecida. El gentil caballito se alejó, y la trucha se dio prisa en regresar a su casa, tras prometer que nunca más volvería a ser traviesa.

Moraleja:
Con conciencia debes proceder, sin en aprietos no te quieres ver!