La guerra en Ucrania entra en una nueva fase. La etapa inicial correspondió al ataque indiscriminado de las fuerzas militares rusas a las ciudades más importantes de Ucrania, incluyendo a la capital Kiev. Fue una embestida cruel, inhumana; no hubo respeto a las poblaciones civiles que tenían un techo en las zonas urbanas.
La primera fase de la guerra se mantuvo por un poco más de seis meses. Para el gobierno ruso, el objetivo principal de la guerra en esta fase cambió de un total control del territorio ucraniano a otro más limitado, específicamente apoderarse del área conocida como Dombas, en el lado este de Ucrania, y el territorio alrededor de la ciudad de Kherson en el sur.
Putin quiso arremeter contra el puerto de Odesa para dejar a Ucrania enclaustrada, sin acceso al mar, pero desistió de ese cometido y prefirió defender lo que había conquistado. Entonces se dio curso a la segunda fase de la guerra.
En vista que los rusos detuvieron su ofensiva, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski planeó llevar a cabo una contraofensiva para, por una parte, demostrar a sus aliados del Occidente que sus tropas eran lo suficientemente fuertes para retomar territorios perdidos. Y por la otra, para elevar la moral de sus tropas combatientes. Así, Zelenski diseña un plan que incluía retomar control de Kherson en el sur. Los estrategas norteamericanos y europeos se opusieron a este plan debido a que existía un gran contingente defensivo ruso.
Sin embargo, los estrategas norteamericanos consideraron que la contraofensiva en la parte noreste sería más viable. Los resultados fueron óptimos; los rusos fueron abatidos rápidamente hasta el punto que algunos soldados simplemente se escaparon, dejando atrás sus armamentos y municiones. Se retomó 3.700 millas cuadradas, el tamaño del estado de Connecticut.
Esta segunda fase no solo inclinó la guerra a favor de Ucrania, sino también tuvo repercusiones políticas negativas para Putin. Grupos ultraderechistas empezaron a criticar la estrategia su militar, y los grupos de oposición cuestionaron los fines de la guerra.
No solo fue una vergüenza militar el éxito de las fuerzas militares ucranianas en el noreste, sino que la respuesta de su pueblo a un llamamiento parcial de 300.000 nuevos conscriptos fue recibido con manifestación en las principales ciudades de Rusia. Muchas personas simplemente abandonaron su país para no tomar parte directa en la guerra.
Esta fase es clave para ver las posibilidades de victoria de las fuerzas ucranianas. Estados Unidos y sus aliados de Europa tienen que alentar a las fuerzas militares ucranianas con más armamento para finalmente entrar en siguiente etapa de la guerra: la reconquista del Dombas.
Humberto Caspa, Ph.D. es investigador de Economics On The Move. E-mail: hcletters@yahoo.com
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